
El 2 de enero, los bonos españoles comenzaron a intercambiarse a una rentabilidad inferior al 4% en el mercado secundario, en el que se negocian los títulos después de ser emitidos, y desde entonces se mantienen bajo ese nivel. Pero el Tesoro Público aún no ha vendido deuda a una década a un interés inferior a ese umbral en los últimos cuatro años. Al menos, no en una subasta convencional -en 2014 solo cerró una sindicada al 3,8%, en la que encarga la colocación a un grupo de bancos-. Esto debería cambiar hoy.
El Tesoro afronta una emisión de deuda a 5, 10 y 30 años con la que pretende captar hasta 5.000 millones de euros y donde debería abaratar los costes. En la última colocación de bonos a una década pagó una rentabilidad media del 4,098% y los inversores exigían ayer un 3,56% a estos bonos en el secundario. En la de 5 años, el interés fue del 2,25%, frente al 2,09% al que ahora se intercambian los bonos a este plazo. En los bonos de mayor vencimiento, en 2044, el rendimiento debería bajar del 5,43% de hace 11 meses -sin incluir sindicadas-, teniendo en cuenta que cotizan al 4,42%.
Alemania no vende lo previsto
Ayer el bono español a 10 años retrocedió por debajo del 3,5% durante el día por primera vez desde 2006, pero finalmente repuntó hasta el 3,558%, con lo que la prima regresó de nuevo a los 190 puntos básicos. Y es que las compras esta vez no se dirigieron hacia la periferia europea, sino que fue el bono alemán el que bajó la rentabilidad -que baja cuando suben los precios porque hay compras-. El interés del bund se relajó levemente hasta el 1,66%, pese a que Alemania no consiguió ayer captar todo lo que tenía previsto. El país solo colocó 3.796 millones de euros en una subasta de deuda a una década con la que pretendía ingresar 5.000 millones.