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Cuenta atrás: la Fed destinará 10.000 millones menos a dopar la economía

Tres, dos, uno? se acabó la incertidumbre. Tras meses elucubrando sobre una posible reducción en su programa de compra de bonos del Tesoro y activos respaldados por hipotecas, la Reserva Federal decidió comenzar la retirada de sus estímulos a la economía de Estados Unidos.

Con un recorte de 10.000 millones de dólares, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de la Fed redujo el conocido como Quantitative Easing, o flexibilización cuantitativa, hasta los 75.000 millones de dólares al mes. Una señal de que la recuperación a ese lado del Atlántico se afianza y no requiere ya de la respiración artificial del banco central estadounidense.

"A la luz del progreso acumulado en busca del máximo empleo y la mejora de las perspectivas para las condiciones del mercado de trabajo, el Comité decidió reducir modestamente el ritmo de sus compras de activos", dijo la Fed en el comunicado emitido al fin de su reunión de dos días, la última del año. Posteriormente Bernanke señaló en su rueda de prensa que "la Fed ha visto un progreso significativo en el mercado laboral" y que los datos recientes muestran "que la mejora va a continuar", añadió. No debemos olvidar que Estados Unidos sumó un total de 203.000 puestos de trabajo el pasado mes de noviembre.

De esta forma, los mandamases de la Reserva Federal optaron por reducir en 5.000 millones de dólares su compra de bonos del Tesoro, que a partir de ahora desciende hasta los 40.000 millones de dólares mensuales, y en otros 5.000 millones de dólares, su compras de activos respaldados por hipotecas, que se sitúan ahora en 35.000 millones de dólares.

Cabe recordar que la tercera ronda compra de activos se puso en marcha en septiembre de 2012 con el objetivo implícito de incentivar la compra de vivienda, reactivar el sector inmobiliario y generar puestos de trabajo.

Más de un año después, y tras meses de pulsos entre bambalinas, la estampa de los halcones quedó más que patente en las declaraciones de Bernanke, una paloma por excelencia, que, sin embargo, confirmó que la Fed continuará con su recorte en la compra de activos "con pasos medidos en reuniones futuras".

Dicho esto, aunque Bernanke y los altos funcionarios con derecho a voto en el FOMC optasen por comenzar a reducir un programa, aplicado por tercera vez sobre la economía de Estados Unidos y cuyo objetivo es mantener los tipos de interés a largo plazo a niveles bajos, el banco central de Estados Unidos reiteró una vez más su compromiso a mantener el dinero barato durante un largo periodo de tiempo. Recordemos que desde 2008 la Fed ha mantenido los tipos de interés a corto plazo en niveles excepcionalmente bajos entre el 0 y el 0,25%, y continuará con esta medida hasta que la tasa de paro se mueva en niveles de 6,5 %.

"Es probable que sea apropiado mantener el rango objetivo actual para la tasa de fondos federales" hasta que el umbral de desempleo caiga por debajo del 6,5%, "especialmente si la inflación proyectada sigue estando por debajo del objetivo del Comité situado en el 2% a largo plazo".

Sin subida de tipos hasta 2015

De acuerdo con las explicaciones de Bernanke, los funcionarios de la Fed no ven un comienzo en la subida de tipos por lo menos hasta 2015. A finales de este año, el banco central estadounidense debería apretar las tuercas de la política monetaria patria en alrededor de 75 puntos básicos. Posteriormente, en 2016, los tipos podrían subir hasta los 1,75 puntos.

Nueve de los funcionarios con poder de voto en el Comité encargado de elaborar la política monetaria de la Fed apoyaron la decisión de reducir el programa de compra de activos. Sólo uno de los presentes, el presidente de la Fed de Boston, Eric Rosengren, votó en contra al sugerir que la tasa de paro sigue siendo elevada y los cambios en QE "son prematuros hasta que los datos entrantes indiquen de forma más que el crecimiento económico se mantendrá por encima de su objetivo potencial".

La reacción del mercado al anuncio de la Fed, en la que fue la última reunión con Ben Bernanke al frente, fue inmediata.

Tras un susto de pocos segundos, el Dow Jones repuntó con fuerza, y superaba los 16.000 puntos -nivel que no veía desde comienzos de diciembre-, tras tocar el suelo en los 15.809 puntos. Pero también sufrió el dólar en su cruce contra el euro. En un primer momento, la reacción del billete verde fue apreciarse frente a la divisa común, hasta marcar un mínimo en los 1,37 dólares. Sin embargo, a pesar de las rebajas de compras de deuda, parece que el mercado estimó que todavía queda tiempo para la subida de los tipos de interés en Estados Unidos, por lo que el dólar continuó sin tener presión alcista y el euro le ganó terreno, por encima de los 1,38 dólares.

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