Se esperaba que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, compareciera ante la prensa para hacer poco más que felicitar las navidades. En efecto, fue lo primero que hizo al tomar asiento ante la prensa, pero también trajo un frío navideño que el mercado no esperaba.
Los líderes de la entidad mantuvieron sin cambios su política monetaria, como todos los expertos anticiparon, pero sostuvo un discurso más tibio acerca de la posibilidad de aplicar políticas monetarias no convencionales para facilitar la circulación del crédito en la eurozona. "Los comentarios de Draghi parecen descartar nuevas medidas en el corto plazo", explica Tom Rogers, analista de Ernst & Young. Una de las opciones propuestas en las últimas semanas por miembros del Consejo de Gobierno de la entidad, la posibilidad de aplicar una tercera ronda de financiación a la banca (LTRO, por sus siglas en inglés) fue muy matizada por Draghi. "Para activarlo miraríamos cuidadosamente que vaya a ser positivo para la economía", explicó.
Desde la entidad no están dispuestos a que una posible tercera ronda de liquidez sea empleada para que las entidades saneen sus balances o para que dediquen estos fondos a comprar deuda pública.
Uno de los aspectos que suscitó una "breve discusión" fue la posibilidad de situar la facilidad de depósito en negativo, medida que también quedó descartada. También se mostró escéptico sobre la activación de un programa de compra de activos que en las últimas semanas había propuesto el vicepresidente de la institución, Vítor Constâncio. "¿Qué activos?" ironizó Draghi ante la dificultad que tiene la entidad por su mandato de intervenir directamente en el mercado.
La entidad revisó al alza sus expectativas de crecimiento económico en 2014 en una décima, hasta el 1,1%, pero rebajó al 1,1% sus previsiones del IPC desde el 1,3% previo.