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El 'halcón' Summers se descuelga del nido de la Reserva Federal a favor de las 'palomas'

Larry Summers, excandidato a presidir la Fed

El que fuera secretario del Tesoro y presidente de la universidad de Harvard, Larry Summers, puso fin a sus aspiraciones para suceder a Ben Bernanke al frente de la Reserva Federal. El principal aliado económico de la administración Obama, uno de los halcones de la Fed, sucumbió el fin de semana a la agresiva campaña en su contra.

Ésta fue liderada no solo por aquellos que apuestan por Janet Yellen, una de las palomas y actual vicepresidenta de la Fed, como la persona ideal para tomar el mando sino también por sus enemigos políticos, que aprovecharon para airear sus polémicas.

La decepción de Obama fue evidente aunque la oposición dentro de los legisladores de su propio partido a nombrar a Summers como sucesor de Bernanke era evidente. Muchos senadores se mostraron consternados sobre la decisión del mandatario de elegir al ex secretario del Tesoro como presidente de la Fed, sobre todo tras los comentarios sexistas en su presidencia de Harvard, donde Summers aseguró que las mujeres cuentan con menos probabilidades de sobresalir en las ciencias que los hombres.

Tampoco era del gusto de los legisladores que Summers fuera el artífice de la desregularización financiera durante la administración de Bill Clinton. Un hecho que derivó más tarde en la crisis financiera y rescate a la banca de EEUU. Por otro lado, y según una encuesta elaborada por el USA TODAY, el 56% de los economistas prefieren a Yellen al frente de la Fed. Una campaña que también apoyan los conservadores, que prefieren a una académica tranquila que seguirá apoyando las políticas de dinero fácil que han animado a la renta variable hasta ahora. Es por ello que Wall Street celebró con euforia la decisión de Summers.

En su carta al presidente, Summers justificó su decisión al querer evitar un proceso de confirmación complicado y que podría poner de manifiesto rencillas en el propio partido demócrata. La decisión de Summers coincidió con las informaciones que apuntaban que tres senadores demócratas (Jeff Merkley, Sherrod Brown y Jon Tester) votarían en contra de su nominación.

Era de sobra conocido que Summers se había convertido en el favorito de Obama para suceder a Bernanke, sin embargo, su oposición en la clase política y financiera del país era evidente. Tenía todas las de perder ya que tanto Wall Street como los conservadores apoyaban abiertamente a Yellen.

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