Repsol confirmó la recomprará por el 97,5% del nominal, con una quita del 2,5%, en un canje mixto que ofrecerá efectivo y deuda a 10 años.
erca, la solución a las preferentes de Repsol (REP.MC) está muy cerca. Tanto, que el Consejo de Administración de la petrolera se reunirá para aprobar las condiciones del canje de los 3.000 millones de euros en participaciones preferentes que aún tiene vivas en el mercado. Fuentes cercanas a la compañía aseguraron ayer a elEconomista que Repsol podría anunciar mañana la recompra por el 97,5% del valor nonimal de sus participaciones. De este porcentaje, los tenedores de estos títulos podrán intercambiar hasta el 50% en efectivo y el resto se canjeará por bonos con vencimiento a una década que ofrecerán un 3,5% de rentabilidad anual -en línea con el cupón que hasta ahora han pagado las preferentes, euribor a 3 meses más 3,5 puntos básicos-. La petrolera logró financiación hace unas semanas al 2,7 por ciento a siete años.
Desde que la petrolera vendió su negocio de Gas Natural Licuado (GNL) el 26 de febrero, el condicionante al que estaba supeditado el canje de sus preferentes, mucho se ha especulado con la solución a las participaciones de Repsol. Aunque a finales del año pasado se llegó a especular con que la petrolera podría ofrecer una solución similar a la de Telefónica -basada en el intercambio de un porcentaje de sus preferentes por un bono a largo plazo y otro por acciones de su autocartera-, la venta de todos sus títulos propios por valor del 5% de su capital social a Singapur Temasek en marzo imposibilitó la segunda pata de esa opción.
No obstante, aunque Repsol no se hubiera desprendido de su autocartera, ésta habría sido insuficiente para canjear los 3.000 millones que aún tiene en preferentes, ya que si quisiera convertir tales participaciones en capital, con la acción cotizando a 18 euros, la petrolera habría tenido que ampliar su capital en un 13% en caso de un canje de estos títulos.
Se une a las otras soluciones
La propuesta que Repsol presentará mañana se suma a las ya lanzadas por Telefónica, Endesa y Gas Natural (ver gráfico).
Fue en octubre del año pasado, cuando la teleco decidió dar carpetazo a los 2.000 millones de euros -ampliados desde los 1.500 millones iniciales- que aún tenía en preferentes. El canje de Telefónica se basó en la entrega de 1.000 euros por participación, de los cuales el inversor tuvo que destinar el 60% a la compra de obligaciones simples con vencimiento a diez años y el otro 40% a la compra de acciones procedentes de la autocartera de Telefónica. Con la operación, la operadora logró un doble objetivo. Afianzó su misión de reducir su compromiso financiero y por otro, los inversores se desprendieron de un producto cuyo paralelismo con los emitidos por las cajas de ahorros ha hecho que tengan la consideración de malditos.
Precisamente para acabar con el estigma de las preferentes, Endesa también decidió terminar con las suyas recomprando en efectivo los 180 millones de euros restantes que mantenía en estas participaciones. Lo hizo en febrero por el 100 por cien del nominal -los otros 1.320 millones de euros restantes que completaban la emisión que realizó en 2003, los amortizó en 2011-.
Después llegó el canje de Gas Natural, que propuso la recompra de cada título por el 93% de su valor nominal -ubicado en los 25 euros-.