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No se engañe... los fondos rentan el doble que los planes de pensiones

Ni siquiera las ventajas fiscales en cuanto a aportaciones que ofrecen los productos para la jubilación compensan el extra de rentabilidad que ofrecen los fondos de inversión.

Son las estrellas en lo que a ahorro finalista se refiere. Sobre todo ahora que, tras la eliminación de la desgravación fiscal por vivienda, es el único instrumento que tienen los españoles para aligerar (o al menos intentarlo) su factura fiscal. Hablamos de los planes de pensiones. Un producto que, ya sea por iniciativa propia o por imposición del banco (muchos obligan a su contratación a la hora, por ejemplo, de conceder una hipoteca), tienen 8,5 millones de personas, según los datos de Inverco.

Pero, ¿tienen razón esos inversores en confiar en el plan de pensiones como instrumento para su jubilación? Depende. "Cuando hablamos de complementar la pensión es un error pensar solo en los planes de pensiones. Tiene que haber diversificación y tener en mente a los fondos de inversión que, además, te permiten rescatar tu dinero en cualquier momento", afirma Miguel Ángel Bernal, miembro del departamento de investigación del IEB. De hecho si uno se fija exclusivamente en su rentabilidad y la compara con la de los fondos, los resultados no generan dudas: los fondos son mejores.

Basta un ejemplo para comprobarlo. Si un mismo inversor destinase 10.000 euros a cada producto y aportase al año 1.000 euros, al cabo de 10 años, habría obtenido por el fondo de renta variable 28.147 euros mientras que por el plan de pensiones de renta variable habría recibido 26.350 euros. Puede que la diferencia no resulte demasiado cuantiosa a priori, pero ¿y si la comparación se realizase entre los mejores fondos y planes de pensiones de renta variable en la última década? Ahí, el inversor de fondos (en este caso Henderson Gartmore Fund Latin America) rescataría pasados 10 años 88.310 euros mientras que el del plan de pensiones (PlanCaixa Bolsa Emergente) tan sólo recibiría 42.832 euros, es decir, la mitad. Un ejemplo que también vale para la inversión en renta fija. Teniendo en cuenta el mismo ejemplo, la diferencia entre invertir entre el plan de pensiones más rentable y hacerlo en el fondo de inversión es de 15.600 euros a favor del fondo (ver gráfico).

¿A qué se deben semejantes diferencias? Por una parte está el tema de las comisiones. Mientras que los fondos cobran de media un 0,53%, los planes de pensiones soportan un gasto de gestión medio del 1,5%, lo que merma año tras año la rentabilidad conseguida. Pero no sólo las comisiones tienen la culpa. También la gestión del producto. "Se nota mucho la diferencia entre los planes de empleo y los individuales, no sólo por comisiones sino también porque los planes de empleo tienen comisión de control para seguir la rentabilidad del producto, lo que explica que siempre estén entre los más rentables", explica Jacobo Zarco, de atl Capital Gestión de Patrimonios. Por no mencionar que, a diferencia de lo que sucede con los fondos, donde cada vez más inversores controlan su gestión, en los planes de pensiones "la gente solo se fija en el regalo que le van a dar", asegura Zarco, lo que quita presión a la gestora. "No hay motivación en las entidades sobre la comercialización y gestión", sentencia.

Es esa falta de motivación lo que explica que las entidades no amplíen su gama de productos. "Hay muy poca oferta en cuanto a productos por lo que es más complicado diversificar la cartera", asegura Fernando Luque, editor de Morningstar. Y es que si bien la oferta de planes de pensiones supera los 1.500, es imposible encontrar, por ejemplo, planes de pensiones especializados en high yield, en bolsa japonesa o incluso emergente, donde la oferta de productos cuenta con los dedos de una mano.

La fiscalidad no es para tanto...

Todo esto explica que, desde el punto de vista de la rentabilidad, la batalla se decante a favor de los fondos. Pero ¿y la batalla fiscal, quién la gana? La fiscalidad es precisamente la gran baza en la que se apoyan los planes de pensiones. No en vano, son los únicos productos en los que las aportaciones están exentas de tributación. Pero lo cierto es que mucho habría que aportar al plan de pensiones para que compensase la rentabilidad extra que consiguen los fondos de inversión. Un reciente estudio realizado por Morningstar lo demuestra y concluye que "sólo si reinviertes en el plan lo que te deduces y si consigues reducir el tipo impositivo merece la pena", señala Luque. Algo que consiguen muy pocos ahorradores. Sobre todo teniendo en cuenta que del 51% de las familias que afirma tener capacidad de ahorro, el 26% ahorra menos de 3.000 euros al año. El 14% dice ahorrar entre 3.000 y 6.000 y tan sólo el 11 por ciento restante afirma tener una capacidad superior a los 6.000 euros, según un estudio de Axesor Marketing Intelligence. Y eso sin mencionar que la aportación media a los planes de pensiones es inferior a los 500 euros anuales.

Además, si bien es el plan de pensiones el mejor tratado fiscalmente a corto plazo, no lo es tanto a largo plazo, que al final es lo que importa en el ahorro finalista. "Cuando homogeneizaron todos los productos fiscales los planes de pensiones salieron perdiendo", afirma Zarco.

A lo que se refiere este experto es a que todo el dinero invertido en planes de pensiones (principal, aportaciones y plusvalías) tributa en el momento del rescate como rendimiento del trabajo, es decir, a un tipo de entre el 24 y el 52%, con la excepción de que para quien contrate un plan de pensiones antes de 2007 el 40% está exento de tributación en el momento del rescate. Mientras que con los fondos sólo tributan las plusvalías y lo hacen a tipos que van desde 21 al 27%. Una diferencia que se ha convertido en una reivindicación histórica del sector, que reclama que en el momento de rescate los planes de pensiones tengan el mismo tratamiento fiscal que otro tipo de productos de inversión.

En todo caso, Jacobo Zarco recuerda que, más allá del producto elegido, "lo importante es que se ahorre y si no fuera por los planes de pensiones no se haría ya que te obliga a la iliquidez". Es una hucha por tanto que hay que romper mientras que en fondos, la hucha es de esas que tiene un tapón por lo que resulta más fácil recurrir hoy a ese ahorro futuro. No en vano, hay que tener en cuenta que en un contexto de aumento de la esperanza de vida, alta tasa de desempleo, sobre todo en los jóvenes, y crisis económica se antoja complicado que la pensión pública mantenga los niveles actuales en cuanto a la cobertura del sueldo. Actualmente este porcentaje es del 80%, una cifra que lo normal es que vaya acercándose cada vez más al 40% que supone de media en Europa. Complementar esta pensión es, por tanto, un básico.

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