Un señor feudal fue sorprendido por una tormenta mientras cazaba. Corrió a refugiarse debajo de un árbol cercano a un templo semiderruido. Del templo salió un gato que empezó a hacerle señas, y se quedó tan sorprendido que siguió al animal para ver qué le indicaba; en ese momento, un rayo cayó encima del árbol. Es la leyenda japonesa del maneki neko (gato de la suerte), que simboliza la abundancia de riquezas o, si es de color blanco, las cosas buenas por venir.
Las expectativas apuntan a que en la primera reunión de Haruhiko Kuroda como gobernador del Banco de Japón (BoJ), este dé las señales necesarias para reavivar a la economía nipona, dando la bienvenida a las tan reclamadas medidas de estímulo cuantitativo.
Así, se prevé que someta a estudio la ampliación del programa de compra de bonos hasta entre 5 y 10 años frente a las compras actuales de bonos con vencimiento a tres años. Sin embargo, los expertos creen que esta idea no va a prosperar: de acuerdo con BNP Paribas, Kuroda sólo tiene tres aliados entre los nueve miembros de la junta de política monetaria del BoJ, de los que también pretende que adelanten las compras mensuales de activos financieros sin fecha límite, con un volumen inicial estimado de 13 billones de yenes, medida fijada para 2014.
El nuevo gobernador también deberá lidiar con el creciente pesimismo respecto al ambicioso plan del primer ministro Shinzo Abe de fabricar inflación al 2 por ciento en un plazo de dos años. El propio Abe lanzó esta posibilidad al afirmar que "la economía está viva y no sabemos que pasará en el mundo. Lo que es importante es apuntar rápidamente al objetivo", según declaraciones recogidas por Financial Times. "El objetivo del 2 por ciento es muy difícil de de conseguir, no va a ser una preocupación este año pero sí más adelante" afirma Marie Suzanne Mazelier desde Amundi.
Fiesta alcista en el Nikkei
El Nikkei se adelantó al BoJ, dando por aprobadas las medidas con una subida del 3 por ciento al cierre del miércoles. Por su parte, la divisa se apreció un 0,67 por ciento contra el billete verde -un dólar se intercambiaba por 92,81 yenes- y un 0,42 por ciento contra el euro, hasta los 119,27 yenes.