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Ir a la ampliación de Popular... sin dinero

Es uno de esos accionistas fieles de Popular. Compró alguna de las preferentes. Acudió a la ampliación de 2009. Incluso aceptó los primeros bonos convertibles que la entidad emitió ese año y que hoy en día pierden más de un 80 por ciento. Pues ahora el banco le pide que suscriba la ampliación de capital. Muchos particulares se sienten identificados con este perfil y ahora se plantean si deben respaldar la operación con la que el banco que preside Ángel Ron pretende recapilizarse con hasta 2.500 millones de euros. Y la tarea de la entidad precisamente está en convencer a este accionista, con el que se juega el éxito de la ampliación, para conservar su independencia.

Un 47,45 por ciento del capital de Popular está en mano de minoritarios. El banco ya había mostrado sus armas para atraer al particular antes de que la junta aprobara este fin de semana la ampliación con un precio de emisión de 0,401 euros por acción. Depósitos que ofrecen el 8 por ciento de interés vinculados a la compra de acciones es sólo un ejemplo visible de lo que se está poniendo sobre la mesa al cliente en las sucursales. Pero, ¿es atractivo para el pequeño accionista invertir más dinero?

Muchos expertos recomiendan que el particular juegue sus cartas de otra forma. Una apuesta clásica: la operación blanca. El accionista puede vender parte de las acciones que tenga ahora en cartera para acudir con ese dinero a la ampliación. Así suscribe el resto de derechos que le correspondan sin tener que hacer un desembolso adicional.

Nicolás López, desde MG Valores, aconseja seguir esta estrategia y apunta a que "después, si durante la ampliación el precio baja mucho, se podría plantear comprar más acciones".

El precio, ¿un suelo?

Hasta qué precios caerá el título antes de que se culmine la operación es uno de los puntos clave. De momento, el viernes retrocedióa al cierre un 34,27 por ciento desde los 1,701 euros a los que cotizaba antes de que se anunciase la ampliación. Aunque hoy, el primer día de cotización tras conocerse los detalles de la operación, los títulos de Popular suben más de un 5% hasta los 1,178 euros por 

Los analistas coincidían en que Popular debía ofrecer al menos un 50 por ciento de descuento para atraer realmente al pequeño accionista, con lo que el precio de los nuevos títulos rondaría en los 0,56 euros tras cerrar el viernes en los 1,118 euros.

En las últimas ampliaciones dentro del sector en Europa, el valor de las antiguas acciones se ha ajustado mucho al de las nuevas. Es el caso de las realizadas por bancos italianos, o la propia del Santander de finales de 2008. En esta última, "el precio de cotización bajó mucho durante la ampliación, casi hasta el precio de las nuevas (lo que quiere decir que el valor de los derechos tendía a cero), aunque después de la ampliación se recuperó", explica Nicolás López.

Sin embargo, unos meses más tarde, nada impidió que los títulos del Santander bajasen del valor con el que se cubrió la emisión, los 4,5 euros, que presentaba un descuento respecto al precio de inicio de la ampliación. Así, aunque el precio de las nuevas acciones de Popular pueda resultar muy atractivo frente a la cotización actual, no se puede tomar como un suelo para el valor.

De dónde venía el título

La fuerte caída en bolsa de Popular en el último mes viene de que se está descontando la ampliación. Pero hay un problema: el desplome es de ahora y la entidad está pidiendo dinero a un particular que puede estar acumulando pérdidas. De hecho, la acción estaba el viernes en niveles no vistos desde 1991.

O que se lo digan a quien compró convertibles en 2009. Aunque el vencimiento se retrasó a 2015, el precio establecido para la compra es de 7,01 euros. Y hay más. El accionista minoritario también ha podido sufrir diluciones. "La tendencia de los últimos años por parte de Popular de ampliar capital, desde los 1.215,43 millones de acciones de 2008 hasta las 2.047,95 millones de estas fechas, no nos harían sentir cómodos para mantenernos como accionistas de largo plazo ante el claro riesgo de dilución por probables futuras ampliaciones", opina Félix González, de Capitalia Familiar. En ese tiempo habría elevado así el capital un 68 por ciento.

Además, hay que contar con la cancelación del dividendo. "Los accionistas actuales tendrán que revisar su posicionamiento de largo plazo en el banco, asumiendo que no cobrarán dividendos durante al menos los dos próximos ejercicios", indican en Inversis.

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