
Algo extraño está ocurriendo en el mundo de los analistas de Wall Street. Desde hace semanas, los inversores están sopesando los riesgos de una continua ralentización del crecimiento mundial con consecuencias prolongadas en los beneficios empresariales. Los economistas están preocupados y el FMI ha rebajado esta semana su previsión para el PIB mundial este año y el próximo. Pero esa no es la hoja de ruta de los analistas, al menos si nos fijamos en el consenso de estimaciones.
Los analistas empezaron a elevar sus estimaciones de ingresos en 2013 para el S&P 500 a finales de septiembre. Su estimación para el año que viene alcanzó un máximo de 1.161 dólares por acción en abril y después cayó a un mínimo de 1.124. Sigo en lateral durante los meses de verano y luego empezó a repuntar hasta 1.131 a finales de septiembre.
¿Es posible que los ingresos de Corporate America estén haciendo suelo pese a las malas previsiones del FMI para la economía global? Cabe recordar que más de la mitad de los ingresos de las empresas del S&P500 procede de otros países. Por lo tanto, lo que nos dicen los analistas es que no se creen las previsiones de los economistas.
Diferentes argumentos
Obviamente, hay argumentos para todos los gustos. Los economistas dirán que el crecimiento global está alimentado por factores macro que están mucho más allá del alcance de los analistas sectoriales. Y los analistas responderán que sólo ellos tienen la visión de lo que está pasando en el "mundo real" de las empresas. Y su mensaje se mantiene inequívocamente positivo más allá del bache previsto en el tercer trimestre. Así, han dejado de rebajar sus estimaciones para todos los trimestres del próximo año y los beneficios previstos para el S&P 500 en los próximos meses subieron hasta un nuevo récord la semana pasada de 112,82 dólares.
Por supuesto, pueden equivocarse. Pero dense cuenta de que algunos de los datos económicos en EEUU y en el resto del mundo (fuera de Europa) respaldan su opinión. No es suficiente para construir una recomendación alcista convincente, pero sí, basta para concederles el beneficio de la duda. Si es así, las correcciones de precios y valoraciones que vivimos ahora durarán poco y supondrán una oportunidad de compra. Esperamos que la temporada de resultados que está empezando nos dé alguna pista.