El mercado es ingenuo si espera un gran estímulo en China, según Adrian Mowat, estratega jefe de bolsa para Asia y los mercados emergentes de JPMorgan. A su juicio, la economía china se está ralentizando significativamente, pero es un fenómenos más de los bienes de capital que del consumo. "A lo que se enfrenta China de momento es al exceso de inversión que tuvo lugar durante los estímulos de 2008 y 2009", apunta.
La demografía en China también significa que el mercado laboral está muy tenso y que los salarios están subiendo. "Si añadimos el hecho de que la inflación ha proporcionado una cifra muy agradable a principios de esta semana, y probablementente habría que dar un sobresaliente alto al Gobierno chino", según este estratega. "Tienen pleno empleo, capacidad de fijar precios de los trabajadores y una inflación relativamente baja", añade.
Aunque los consumidores de mayor renta se han visto golpeados por la caída de los precios inmobiliarios, Mowat afirma que son los que trabajan en la construcción y la industria los que se están beneficiando de las subidas salariales y de los menores precios de los alimentos.
Pero invertir en el consumo en China es muy difícil, advierte Mowat. "Hay un número limitado de valores internacionales que encajen con eso y hay muy pocos valores listados en China. La mayoría de las alternativas en las que la gente está invirtiendo en China son los negocios dirigidos a la clase alta".
Para los inversores norteamericanos, la debilidad de la economía china es una muy mala noticia si están largos de valores de materias primas y petróleo. "Es muy posible que la actividad constructora en China se reduzca durante varios años, así que me pone muy nervioso que la gente tenga unas expectativas demasiado altas sobre la demanda del país de petróleo y materias primas", afirma este experto.
Pero hay beneficios para los consumidores occidentales si los precios de los recursos bajar, ya que proporcionan a los consumidores más renta disponible, particularmente en EEUU si la gasolina baja de precio, según Mowat.
"Creo que hay que tener mucho cuidado con las empresas chinas de materiales, petróleo y lujo de gama alta, y empezar a pensar en cómo el consumidor occidental se beneficiará de la caída de los precios de la materias primas y el petróleo", concluye.