En Wall Street hace meses que se baila un twist. Los inversores se conforman con que hoy se anuncie que seguirá sonando esta música -que básicamente consiste en la venta de bonos a corto y medio plazo en el balance de la Fed para comprar bonos a largo, algo que garantiza que los tipos de interés se mantengan en niveles bajos-.
Aunque reclaman medidas de estímulo adicionales. Los principales índices bursátiles de EEUU mantienen la esperanza en que la Fed anuncie hoy una prórroga de esta Operación Twist o, en el mejor de los casos, una tercera impresión de dólares (QE3), mucho menos probable. Muestra del entusiasmo porque siga el baile es la subida de las últimas sesiones, en las que incluso se han roto resistencias clave como los 1.335 puntos del S&P 500.
Los expertos en ese lado del Atlántico no dudan que cuando el Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal emita hoy su comunicado incluirá algún tipo de medida para estimular el crecimiento económico. "Nos sorprendería mucho si no se aplicase un alivio", reconoció el pasado lunes Jay Hatzius, economista jefe de Goldman Sachs. La pregunta que se extiende entre los rincones de Wall Street es cómo llegará esa decisión.
El plan actual podría dejar con la miel en los labios, no sólo a los inversores sino a la economía del país. "Creemos que una extensión de la Operación Twist podría ser insuficiente por sí mismo y, por lo tanto, tendría que acompañarse de medidas adicionales a medio plazo", señaló el economista jefe de Goldman Sachs.
Sin embargo, seguir bailando el twist, cuya música inicial tiene previsto apagarse a finales de este mes, podría ser un buen aperitivo a la espera de nuevos acontecimientos. Según Nicholas Strand, analista de Barclays, ésta será la opción más probable, donde Ben Bernanke y sus chicos podrían vender bonos del Tesoro con expiración de hasta cuatro años para comprar así entre 350.000 y 400.000 millones de dólares para comprar bonos a largo plazo (10 años o más) e incluso activos hipotecarios.
Así, el banco central estadounidense podría ganar algo de tiempo hasta su próxima reunión de dos días fijada para el 31 de julio. Para entonces, el comité podría pensarse si aplicar o no un nuevo QE3, que según los expertos no superará los 600.000 millones de dólares. Cabe recordar que la primera entrega de estímulo cuantitativo, aprobada en enero de 2009, alcanzó los 1,25 billones de dólares. De todas formas, una extensión de la Operación Twist más bien retrasaría aún más la oportunidad de una tercera remesa de esta clase de estímulos.
Hasta ahora, es cierto que pese a que el mercado espera un nuevo flotador por parte de la Fed, la economía de EEUU no ha dejado de crecer o ha comenzado a contraerse. Además, los datos de vivienda indican que el sector no está en una situación desesperada como para necesitar que el banco central tenga que comprar activos hipotecarios. Con la incertidumbre sobre la mesa, y con el sonido del twist cobrando fuerza en el parqué de la bolsa neoyorquina, Hatizius apunta que otras medidas, como garantizar unos tipos bajos entre el 0 y el 0,25 por ciento hasta alcanzar un determinado objetivo en la tasa de paro del país o imponer una meta de PIB nominal, también podrían inyectar algo de confianza entre los inversores.
Barata, pese a todo
La esperada cita del banco central ha animado al Dow Jones a repuntar alrededor de un 3,7 por ciento en junio y esta revalorización ya ronda el 5 por ciento en lo que va de año. Las compras de los invesrores en las últimas jornadas dejan al índice a un 3 por ciento de su máximo anual, marcado a principios de mayo. Estos datos pueden ser desalentadores para el inversor que busque descuentos en Wall Street, pero lo cierto es que, pese a estas alzas, hoy se pueden comprar los beneficios de las compañías del índice con una rebaja del 17 por ciento respecto a la última década.
Un inversor tardaría ahora alrededor de 11,2 años en recuperar su inversión vía ganancias, mientras que en los últimos diez años la recibía en una media de 13,5 años. El PER -el número de veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción- del pasado lustro también es superior, al situarse en las 11,8 veces.
Los niveles actuales del Dow Jones ofrecen estas rebajas a pesar de que en 2012 las compañías del índice podrían conseguir el mayor beneficio por acción (BPA) generado en este periodo. El BPA del indicador superará los 1.082 dólares, según las estimaciones del consenso de mercado (ver gráfico), logrando un nuevo récord histórico.
Las empresas de menor capitalización no se quedan atrás, ni en las subidas ni en los descuentos ni en los beneficios récord. El S&P 500 sube en junio casi un 4 por ciento, pero aún cotiza con una rebaja por PER del 12 por ciento frente a los últimos diez años, ya que el ratio se sitúa en estos momentos en las 12,2 veces.