
El crudo continúa su descenso a los infiernos a la espera de que mañana la reserva federal en la reunión de su Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC por sus siglas en inglés) indique si va a insuflar nuevos estímulos monetarios para afianzar la recuperación económica en EEUU o va a permanecer a la expectativa de lo que suceda. Si la Fed finalmente decidiera inundar el mercado con más dólares, eso supondría un acicate para el precio de los contratos de futuros de materias primas nominados en ese divisa.
Sin embargo, hasta que esa cuestión no se dilucide tanto el petróleo del Mar del Norte como el tejano siguen cuesta abajo. En la sesión de hoy ceden un 1% y un 0,6% hasta los 82,8 y los 95 dólares, respectivamente, y si tomamos como referencia lo que va de 2012 retroceden un 11,3% y un 16%. De esta forma se convierten en la tercera y la quinta peor materia prima en el año dentro del ranking de las más negociadas.
El petróleo Brent, de referencia en Europa, cerró en positivo la última jornada de esta semana, que acaba en torno a los 98 dólares. La reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) dio vida a la cotización de la commodity, que hasta el jueves acumulaba seis sesiones consecutivas de caídas, en las que retrocedió un 3,6%, perdiendo el nivel de los 100 dólares. El petróleo no pasaba por una racha bajista tan larga desde junio-julio de 2010.
¿Qué se decidió en esa reunión de la OPEP, la primera de 2012, celebrada el jueves en Viena? Pues básicamente, que la vida sigue igual, como la canción de Julio Iglesias. La organización ha mantenido el objetivo de producción vigente, 30 millones de barriles diarios. "Hasta 110 dólares los precios del crudo no son una amenaza al crecimiento económico mundial", afirmó el secretario general de la organización, Abdalla El-Badri. Arabia Saudí seguirá siendo el país que bombea más barriles diarios, 9.897.000 según el último informe publicado por la OPEP, fechado en abril (el país se había fijado como objetivo evitar que el precio del crudo supere los 100 dólares). De hecho, y según recoge Bloomberg, se ha culpado al incremento progresivo de la producción en terreno saudí de las caídas en los precios del petróleo exportado por otros países, entre los que se incluye Irán, que es el tercer miembro de la OPEP con mayor número de reservas de crudo, un 12,4%, por detrás de Venezuela (24,8%) y la propia Arabia Saudí (22,2%). Todo ello sin tener en cuenta que, en los próximos meses, podrían verse más alteraciones en los precios, pues el embargo al crudo iraní impuesto en la UE se activa el próximo 1 de julio.
Gana el consumidor, pierde el inversor
Tras los temores que dominaron el mercado del petróleo durante el primer trimestre del año, llevando al crudo europeo a marcar máximos anuales en 126,22 dólares por el conflicto latente entre Irán y EEUU, al final los pronósticos de los expertos se ha cumplido, con el crudo ejecutando el mismo movimiento que en 2011, cuando debido a la combinación de la Primavera Árabe, la guerra civil en Libia y la crisis nuclear de Japón la tensión sobre los precios de la commodity la llevó a marcar máximos anuales en 126,65 dólares el barril, para después retroceder hasta cerrar el año en 107,38 dólares. Actualmente, el precio del barril de Brent retrocede un 22,5 desde máximos y cae un 9% en 2012. Desde Ecotrader alertan de que la señal de una vuelta a la senda alcista pasa por que el crudo rompa la barrera de los 102,45 dólares.
Son obviamente malas noticias para el inversor: basta con echar un vistazo a la evolución de los ETF (fondos que replican el comportamiento de un activo) de petróleo en el año: prácticamente todos están en negativo (el gráfico recoge los cinco de mayor tamaño). De ahí que algunos compradores hayan optado por enfocar sus estrategias de inversión en posiciones cortas; por ejemplo, el último informe semanal sobre materias primas de ETF Securities señala que los ETF short en petróleo han captado flujos de entrada por valor de 9 millones de dólares.
Sin embargo, al fin y al cabo son buenas noticias para el consumidor -la caída del petróleo influye a la baja en el precio de la gasolina- y, en definitiva, para la economía global, en un contexto de fuerte recesión en Europa que con un crudo progresivamente más caro podría agravar todavía más la situación.
Por otra parte, los escenarios que se manejan para los próximos meses no dan muchos motivos para pensar en nuevas alzas, dada la vinculación de este activo con el ciclo económico. Tampoco se deben olvidar otros dos hechos: la desaceleración de la economía china y los síntoma de agotamiento en la recuperación de EEUU.
El WTI, a doble velocidad
Las perspectivas son más optimistas al otro lado del Atlántico, a pesar de que el coste de la vida en EEUU haya caído a su nivel más bajo en más de tres años. La rentabilidad del West Texas Intermediate está en números rojos en el año -pierde cerca de un 15%-, pero la perspectiva de que la Reserva Federal active una tercera ronda de estímulo cuantitativo o QE3 facilitaría una recuperación de los precios.
Hay otros elementos tangibles que inducen a pensar en una mejoría a largo plazo del WTI: "Como resultado de nuevos descubrimientos y del desarrollo tecnológico, el incremento de la producción de petróleo en América está dando a EEUU ventajas sobre costes sobre Europa" explica David Donora, de Threadneedle. "Los precios del Brent y el WTI se han movido en tándem durante 30 años, pero divergen marcadamente desde 2010. El precio del Brent es ahora estructuralmente más elevado que el WTI, frecuentemente con una diferencia de 10 dólares o superior", añade Donora, que concluye: "El crecimiento de la producción europea está bastante por detrás de la estadounidense, y tardará entre 10 y 20 años en alcanzarla".