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Los vencimientos que se avecinan: entre junio y octubre el Tesoro necesitará 69.000 millones

España afronta cinco meses complicados, aunque el calendarios de vencimientos será más problemático en otoño que a corto plazo. Entre junio y octubre deberá vender deuda por más de 69.000 millones de euros, aunque solo en octubre afrontará la devolución de más de 27.000 millones.

Afinar. Es la clave. Mientras más finos estén los músculos, el cuerpo, más fácil será trasladar el peso propio cuando la carretera pique hacia arriba. La precisión, la levedad del ser como soportable aliado para afrontar las empinadas rampas. El sueño de todo ciclista. Ajustar la condición física a la magnitud del desafío.

Lo mismo que el Tesoro Público. Porque el organismo encargado de emitir la deuda pública española y de gestionar la tesorería del Estado está disputando su Tour particular. Viene haciéndolo desde el inicio de la crisis soberana, pero es ahora, con la solvencia española en el punto de mira de los inversores, cuando encara las cuestas con mayor pendiente.

La tensión actual, que ha situado la rentabilidad de los bonos a 10 años por encima del 6 por ciento y a la prima de riesgo al borde de los 500 puntos básicos, alimenta todas las sospechas. Entre ellas se cuelan las dudas con respecto a la solvencia de España, es decir, la capacidad de afrontar los compromisos financieros -la deuda- adquiridos en el pasado. ¿Son legítimos esos recelos? A juicio de los expertos, por el momento, no. "A corto plazo el Tesoro no afronta grandes vencimientos", aclara Alberto Matellán, director de estrategia y macroeconomía de Inverseguros.

Los datos confirman esta impresión. Ni mayo ni junio son meses exigentes en este sentido, puesto que los vencimientos son inferiores a los 10.000 millones de euros. La primera ascensión seria para el Tesoro llegará en julio, mes en el que expirará deuda por valor de 18.960,7 millones -6.087,5 millones en letras y 12.873,2 millones en bonos y obligaciones-. ¿Tendrá problemas España para afrontar el pago de esta cantidad? "No. El Tesoro tiene entre 40.000 y 50.000 millones de euros en liquidez en estos momentos. Si la sumamos el dinero que irá consiguiendo en las próximas subastas, contará con dinero de sobra para encarar los vencimientos de los próximos meses", comenta el responsable de tesorería de una entidad española.

Con este combustible en el depósito, fuentes del mercado reconocen que superaría igualmente con holgura los vencimientos de agosto -8.225,4 millones- y septiembre -4.994,4 millones-, de tal modo que sitúan en octubre el puerto de categoría especial en lo que queda de año. Durante ese mes afrontará la devolución de 27.658,2 millones -7.392,1 millones en letras y 20.266,1 millones en bonos y obligaciones-.

A favor...

Para escalar octubre, el Tesoro contará a su favor con el trabajo que ha adelantado en los primeros meses del ejercicio. Hasta la fecha, y tras la emisión de ayer, ya ha captado 48.000 millones de euros brutos en deuda a medio y largo plazo, el 55,8 por ciento del objetivo establecido para el conjunto del año, situado en los 86.000 millones. "Consciente de las dificultades que podrían avecinarse, el Tesoro, con buen criterio, aprovechó las favorables condiciones con las que comenzó 2012 para prefinanciarse", reconoce un operador de renta fija.

La prudente celeridad del Tesoro le ha concedido una doble ventaja para ascender las rampas de octubre. La primera, el colchón de liquidez que le ha proporcionado ahora; y la segunda, que precisamente porque ha corrido tanto antes, ahora puede tomarse las subastas con menos agobios. Es decir, puede ser menos pretencioso en las emisiones. En la de ayer, por ejemplo, estableció un objetivo de financiación situado entre los 1.500 y los 2.500 millones; ya lo había hecho en la misma operación de abril, cuando la tensión estaba comenzando a subir. Antes, cuando el viento soplaba a favor, fue más arrojado: en enero fijó la meta entre 3.500 y 4.500 millones; en febrero, entre 3.000 y 4.000 millones; y en marzo, entre 2.500 y 3.500 millones.

... y en contra

Sin embargo, y por muy encauzado que tenga el año, también hay amenazas que pueden provocar una pájara. Sobresale la saturación alcanzada por la banca española. Animadas por los préstamos a tres años concedidos por el Banco Central Europeo (BCE) en diciembre y febrero, las entidades han tratado de rentabilizar ese dinero invirtiéndolo en bonos españoles. El negocio es redondo, ya que la institución monetaria les financia a un interés que rondará el 1 por ciento -aún no puede conocerse con total precisión- y ellas lo pueden dirigir a títulos con rendimientos comprendidos entre el 3 y el 6 por ciento.

Pero todo tiene un límite. El negocio fácil -y, según fuentes del mercado, un patriotismo convenido- ha llevado a los bancos a atesorar 231.000 millones de euros en deuda española, el 50 por ciento del total. Y las entidades, entre ellas Santander y BBVA, han dejado entrever que no pueden seguir comprando títulos al mismo ritmo, puesto que la concentración de riesgos está empezando a ser ya demasiado acusada. En adelante, por tanto, podrían limitarse a ir comprando deuda conforme venza la que ya tienen en su balance y a adquirir en las subastas la que les corresponda por ser creadores de mercado. Por tanto, y si en efecto los bancos reducen su demanda de deuda española, el Tesoro se quedará sin un aliado clave para afrontar tanto las emisiones como los vencimientos futuros, principalmente los de octubre.

Mantener la cadencia

Otra dificultad proviene de los crecientes costes de financiación a los que está haciendo frente el Tesoro. Si la presión no remite, financiar las arcas públicas será más caro, con lo que la carga financiera del Estado será más pesada y cada emisión será más complicada.

Los expertos, sin embargo, subrayan la extraordinaria importancia que posee que el Tesoro no altere su cadencia emisora. O lo que es lo mismo, que mantenga su calendario habitual de programar cuatro subastas al mes -dos de letras y otras dos de deuda a medio y largo plazo, con la excepción de agosto, en la que suele realizar tres emisiones-. "Aunque los intereses suban, es fundamental que el Tesoro siga adelante con su programa normal de emisiones. Alterarlo o, llegado el caso, posponer o suspender emisiones sería una pésima noticia", subraya el responsable de la tesorería de un banco español.

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