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Los pagarés triunfan entre la banca frente a los depósitos tradicionales

Este producto se consolida en la oferta comercial de los bancos para los inversores particulares como alternativa de financiación a las imposiciones de ahorro más tradicionales. Sus mayores intereses superan el rendimiento medio que brindan las entidades a través de los depósitos. Los más elevados son los del Popular, mientras Banesto y La Caixa son los que más piensan en la fiscalidad.

Pagarés, ese producto que se consolida entre la banca como alternativa a los depósitos del que seguro habrá oído hablar. Los pagarés bancarios siempre han existido, pero su comercialización entre los inversores particulares se extendió a finales del año pasado como una fuente alternativa de financiación ante el cierre de los mercados mayoristas y las limitaciones a los depósitos que supuso el Decreto Salgado, así se denomina a la normativa que penaliza a los superdepósitos.

Desde entonces, los pagarés han ido comiendo terreno poco a poco en los escaparates bancarios a los plazos fijos. Lejos de ser una moda pasajera, sus elevados rendimientos -Popular es el más generoso al ofrecer un interés del 4,5 por ciento a 12 meses- seducen a quienes buscan una opción a la baja retribución que otorgan los depósitos en la actualidad.

No son mejores ni peores. Son productos con características diferentes que le compensarán, o no, en función de cuáles sean sus intereses. Lo primero que debe saber acerca de los pagarés bancarios es que son títulos de deuda a corto plazo emitidos por un banco, que garantizan una rentabilidad fija a vencimiento. Por tanto, a priori, un pagaré conlleva un riesgo más elevado que un depósito tradicional, ya que la única garantía de este producto es la propia solvencia de la entidad. Por el contrario, los depósitos están avalados por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que cubre hasta 100.000 euros por persona y entidad si el banco no puede afrontar sus compromisos financieros. Precisamente, esta diferencia es la que posibilita a los pagarés dar una rentabilidad superior a los depósitos, ya que están exentos de cualquier penalización.

Mayor premio por el ahorro...

De hecho, si busca un depósito que le entregue una retribución superior al 4 por ciento sin establecer vinculaciones con la entidad, las tarea se vuelve complicada. Sin embargo encontrar un pagaré que ofrezca más de un 4 por ciento en las oficinas bancarias es sencillo (ver gráfico). Entre los más generosos se encuentran los de Popular y CatalunyaCaixa. En el caso de la entidad presidida por Ángel Ron, el cliente puede contratar en sus oficinas pagarés a distintos plazos, que como máximo proporcionan un 4,5 por ciento a 12 meses, con una inversión mínima de 5.000 euros. En la misma línea que Catalunya Caixa que, a partir de la misma cantidad, ofrece un 4,15 por ciento a 18 meses.

Son las ofertas más golosas, pero no las únicas. Otros principales bancos también poseen pagarés al 4 por ciento. Si le seduce, y no le importa inmovilizar su dinero un año, Bankia y Sabadell ofrecen los suyos en sus sucursales a partir de los 1.000 euros. El mismo interés que entrega Banesto, por ejemplo. La diferencia con los anteriores es que el plazo se alarga hasta los dos años y la inversión mínima asciende hasta los 10.000 euros. Esta oferta resulta interesante desde el punto de vista fiscal, ya que burla las subidas en la tributación de las rentas de capital al diferir el pago de impuestos hasta el 2014, año hasta el que está vigente, en principio, la nueva tributación -que comprende una horquilla entre el 21 y 27 por ciento-.

...pero hay que distinguir

No se deje llevar por el hecho de que a simple vista su estructura parezca la de un depósito. Para evitar confusiones conviene conocer sus matices. Es importante saber que los pagarés se emiten al descuento, igual que sucede con las letras. ¿Qué significa? En contra de lo que ocurre con los depósitos, el cliente no desembolsa el importe íntegro de suscripción en el momento en el que decida contratar un pagaré. En realidad, su rentabilidad se obtiene por la diferencia entre el precio de compra y el valor nominal del título que le otorga el banco.

Otro aspecto a tener en cuenta es su liquidez. A la hora de invertir en un pagaré debe conocer de antemano que no necesitará recuperar la inversión durante el tiempo que dure la contratación. Su escasa liquidez radica en que estos títulos cotizan en el mercado secundario y que, además, tienen una liquidez muy limitada.

Lo que significa que, en el caso de que necesite recuperar el dinero antes de la fecha de vencimiento, los pagarés se ponen a la venta al precio que dicte el mercado en ese instante, es decir, nada garantiza que ese precio vaya a ser igual o superior al que se adquirieron los títulos. Por el contrario, en el caso de los depósitos, la mayoría ofrece la posibilidad de cancelación anticipada. Una acción que suele conllevar la pérdida de los intereses pactados y el pago de la correspondiente comisión -aunque no todos la tienen-. A diferencia de lo que sucede con la cancelación anticipada del pagaré, donde el capital inicial depende de su precio en el mercado secundario.

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