
Pese a la fuerte subida de la bolsa en los cuatro últimos meses, los inversores particulares siguen ignorando las acciones, con lo que se están perdiendo una de las mayores subidas de los últimos años. Los fondos de deuda han recibido en las últimas cuatro semanas nada menos que siete veces más que los de bolsa, lo que continúa una pauta que se ha mantenido estable desde que comenzó la subida, según los datos de TrimTabs.
Aun así, la bolsa ha logrado una rentabilidad cuatro veces superior a la de sus compañeros de renta fija en 2012, pese a que los pequeños inversores se han mantenido al margen y han seguido buscando refugios seguros mientras huían del riesgo.
"Los inversores particulares todavía piensan en 2008. La gente no está convencida de que estamos en un nuevo rally de la bolsa", explica Nadav Baum, vicepresidente ejecutivo de BPU Investment Management en referencia a los momentos más oscuros de la crisis financiera.
Como muchos en su profesión, a Baum le preocupa que la mayoría de los inversores no volverán al mercado hasta que los índices alcancen nuevos máximos, quizá niveles de 14.500 en el Dow Jones.
"2008 todavía está fresco en la memoria", según Baum. "Y hay muchos problemas geopolíticos. Todavía no están convencidos de que las cuestiones de Grecia e Italia están resueltas. Y nada de esto ha cambiado en el último año. Por eso estamos viendo todas esas entradas en renta fija. Ése es el refugio, no la bolsa".
Los fondos de inversión de bonos han atraído 30.400 millones de dólares en el último mes ese a que sólo rentan el 2,8% en lo que va de año. Aunque los bonos corporativos de grado de inversión y los de high yield han registrado emisiones récord en las últimas semanas, los bonos del Tesoro de baja rentabilidad siguen siendo los preferidos de los inversores, y atraen el doble de dinero de los bonos corporativos en los últimos tres meses. No obstante, en el último mes la deuda privada y la pública han atraído más o menos el mismo dinero.
Para Kevin Ferry, presidente de Cronus Futures Management, los flujos de fondos lanzan un mensaje todavía más ominoso: que la huída hacia los bonos del Estado está llevando a "el fin de una tendencia alcista de 30 años en la deuda". "Me asusta mucho. Los inversores están comprando masivamente el concepto de represión financiera".
El propio Ferry está invertido en futuros sobre el bono del Tesoro a 10 años para posiciones a corto plazo. Pero cree que los inversores a largo plazo deberían fijarse en lo que están haciendo los grandes. "¿Qué está haciendo el dinero inteligente? Hablamos de los grandes inversores en bonos del Tesoro en los últimos 20 años, como Japón, China o Rusia". Y están diversificando en otros valores. "Todo el mundo que compra deuda pública lo hace con la convicción de que será capaz de salirse antes de que sea demasiado tarde", afirma.
Los temores respecto a la deuda pública de EEUU son dos: por un lado, la Fed mantiene los tipos artificialmente bajos y así lo seguirá haciendo al menos durante los dos próximos años, mientras que el espectro de la inflación superará el rendimiento de las inversiones de renta fija.
Aun así, los inversores en bolsa afrontan el mismo temor sobre lo que ocurrirá una vez que la Fed empiece a retirar sus programas de compra de bonos, que han mantenido los tipos bajos a la vez que empujaba a los inversores hacia la bolsa y las materias primas.
El CEO de TrimTabs, Charles Biderman, afirma que el miedo a lo que pase después de que el QE termine es lo que podría estar evitando que los inversores minoristas salten a bordo del tren de la bolsa. Curiosamente, las encuestas de sentimiento del mercado han reflejado un sentimiento muy alcista en las nueve últimas semanas. Pero los inversores todavía no han respaldado esa impresión con su dinero. Es un argumento más alcista que bajista para Wall Street.