Hasta ahora la bolsa era la protagonista absoluta del rally de Santan Claus, aquel del que históricamente disfrutan los mercados de renta variable en las sesiones previas a la Navidad. Pero este año se están rompiendo muchos tópicos y el de que la renta fija es una inversión más segura y estable que la variable es uno de ellos. Las bruscas ventas de un día se traducen en fuertes compras al día siguiente. Y para muestra, la deuda pública española.
El bono a diez años rubricó ayer su sexta sesión consecutiva con una caída en su rentabilidad, lo que implica un repunte de su precio, hasta situarse en el 5,06%, la cifra más baja desde el 12 de octubre, frente al 5,17% del lunes. Este nuevo retroceso permitió que su prima de riesgo con respecto al bono alemán también se recortase hasta los 311 puntos básicos, frente a los 329 puntos del lunes, ayudada también por el repunte experimentado por el bono alemán, que escaló hasta el 1,95%. Y todo responde sólo a una de las leyes económicas más conocidas: la de la oferta y la demanda.
Las abrumadoras peticiones que ha recibido el Tesoro en sus últimas subastas no sólo han permitido a este organismo reducir cuantiosamente el interés a pagar a estos inversores para financiarse a corto plazo, sino que también le han permitido pagar menos para financiarse a largo ya que la fiebre compradora de letras del Tesoro se ha contagiado a los bonos a largo plazo y de ahí la caída de la rentabilidad.
Se vuelve a comprar Italia
También es esta fiebre compradora de deuda española lo que ha permitido a España alejarse cada vez más de Italia. Mientras que el rendimiento del bono español a diez años acumula seis sesiones consecutivas a la baja, el del italiano sólo ha conseguido recortar su interés en dos de las últimas seis sesiones y la de ayer fue una de ellas, ya que la rentabilidad de su bono retrocedió hasta el 6,61% frente al 6,83% que alcanzó el lunes. Esto explica que en esta semana el diferencial entre el bono español y el italiano marcara máximos históricos, aunque ayer se relajó hasta los 154 puntos básicos.
"Creemos que existen buenas oportunidades especialmente en la deuda periférica (Italia y España), con unos niveles muy atractivos y que la probabilidad de ver un default en ellos es muy reducida. Es una oportunidad de compra y destinaríamos alrededor del 15% de la cartera en esta inversión", afirman desde Renta 4.
De momento el fuerte rally que se ha vivido en la renta fija pública española ha permitido al bono español cotizar con una rentabilidad inferior a su media de los últimos doce meses (5,45%) y también inferior al rendimiento que ofrecían los bonos a diez años a finales del año pasado, que también se situaba en el 5,45%. Todo lo contrario sucede en el caso italiano. Su deuda a diez años sigue cotizando con un rendimiento muy superior a su media del último año, que es del 5,27%, y también al rendimiento al que cotizaba a finales de 2010 que, según Bloomberg, era del 4,81%.