La recompra a Sacyr del 10% de su participación en Repsol pone la autocartera de la petrolera, que hasta ayer ascendía a tan sólo un 0,578 por ciento de su capital, al límite establecido por la ley.
Es la operación del día en España. A expensas de que vuelvan a cotizar en el parqué las acciones de Repsol (REP.MC)y Sacyr (SYV.MC), suspendidas a primera hora por la CNMV con su ya típica coletilla "por concurrir circunstancias que pudieran perturbar el normal desarrollo de las operaciones sobre los citados valores", van aflorando cada vez más datos sobre la operación realizada entre ambas.
Después de semanas en las que se apuntaba a Sinopec o un grupo sudamericano no identificado como los principales candidatos a comprar la mitad de la participación que tiene Sacyr en Repsol, un 20 por ciento, al final el trato ha conseguido cerrarse con la opción menos probable, que la propia petrolera adquiriese ese 10 por ciento con un ligero descuento que acaba de confirmar Repsol vía hecho relevante a la CNMV: con un descuento del 5% sobre el precio de la cotización al cierre de ayer (22,175 euros), por 2.572 millones de euros. Con esta operación, Repsol cubre el objetivo que se había pactado en su Junta de Accionistas, de llegar al 10 por ciento de autocartera, que es a su vez el máximo contemplado por la ley. Lo ha hecho de golpe, pues la compañía llevaba sin recomprar acciones propias desde el 26 de agosto de 2008, y entonces lo había hecho tan sólo por una cantidad simbólica, un 0,578 por ciento de su capital con un precio por acción no especificado.
Beneficios para todos
En principio, el acuerdo alcanzado entre ambos socios resulta beneficioso para ambos. Por un lado, Sacyr consigue negociar in extremis al menos la mitad del que ha sido su gran quebradero de cabeza a lo largo de 2011, el vencimiento del crédito sindicado a 5 años, valorado en casi 5.000 millones de euros, y que vence precisamente mañana. A su vez, este préstamo equivale al 62% de todos los vencimientos de deuda contraidos por Sacyr hasta el año 2049.
Por otra parte, la recompra de acciones también beneficia a Repsol de dos maneras: por un lado, salda definitivamente la batalla interna con Sacyr por el control de la compañía que preside Antonio Brufau, y por otro, le sirve para amortizar su dividendo, con una cuantía de 1,16 euros con cargo a 2011 y una rentabilidad del 5,21 por ciento, en una operación similar a la que anunció Telefónica la semana pasada aunque, obviamente, por motivos distintos.
En el comunicado remitido a la CNMV, la petrolera alega haber tomado esta decisión ante la negativa de las entidades acreedoras de Sacyr de renegociar su deuda a no ser que consiguiera vender un 10% de su participación, una situación que habría traído gran inestabilidad a ambos valores: "La falta de acuerdo entre los bancos y Sacyr Vallehermoso habría producido un escenario de incertidumbre prolongada en esa compañía, lo que resultaría dañino para la cotización de Repsol y tendría efectos negativos adicionales sobre el proyecto de crecimiento de la empresa", ha explicado Repsol, añadiendo que "dado el gran número
de bancos involucrados y la heterogeneidad de sus planes e intereses era previsible una venta masiva y desordenada de títulos".
Además, cabe destacar que las arcas de Respol llegan al final del presente ejercicio con un nivel muy escaso de endeudamiento, ya que la media de analistas estima que su beneficio bruto para este año ascenderá a 8.800 millones de euros, y su deuda neta, a 11.500 millones de euros. El consenso de mercado recomienda firmemente comprar las acciones de Repsol, mientras que aconseja mantener las de Sacyr en cartera.