
Aunque no habrá medidas ni ministros hasta mediados de diciembre, la agencia de calificación ha decidido mantener el rating de España en AA-, con perspectiva negativa, tras las elecciones. Eso sí, Fitch ha dicho que se necesitan medidas adicionales para cumplir con los objetivos de reducción de déficit. Que no nos den las uvas.
La agencia de rating dijo que la victoria "proporciona una ventana de oportunidad. Si es para mejorar las expectativas del mercado sobre su capacidad para crecer y reducir la deuda dentro de la Eurozona, debería sorprender positivamente a los inversores con un ambicioso y radical programa fiscal y de reformas estructurales".
Además, ha advertido al nuevo gobierno de Mariano Rajoy que no cumplir con los objetivos del déficit afectaría negativamente al rating de España. De hecho, el mercado está perdiendo la paciencia.
Ayer, S&P ya realizó el mismo movimiento, manteniendo igualmente la calificación del Reino de España en AA- con perspectiva negativa.
Fitch mantiene la nota AA- para España, con perspectiva negativa y según la agencia, cuando bajó la nota del país desde AA+ el 7 de octubre, se destacó que el incumplimiento de los objetivos fiscales oficiales presionaría los ratings, así como lo haría un crecimiento inferior a lo previsto o unos costes de recapitalización superiores a lo esperado.
El mayor riesgo procede de las CCAA
Los gobiernos regionales plantean el mayor riesgo para la consolidación fiscal de España, destaca Fitch. El déficit total de las Comunidades Autónomas en la primera mitad de 2011 fue del 1,2% del PIB, una cifra ligeramente por debajo de la previsión para el conjunto del año, lo que significa que el gobierno central probablemente deba mejorar su propio objetivo para que España cumpla la proyección del 6% este ejercicio.
"La perspectiva negativa ya toma en cuenta estas amenazas a la calificación de España. El alto grado de inversión de dicha nota incorpora la opinión de Fitch de que, como país solvente y sistemicamente importante, en un caso extremo el BCE y/o el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y/o el FMI actuarían para evitar una crisis de liquidez autoinducida", apunta la agencia.