
La durísima batalla que se había librado el martes y el miércoles en los soportes críticos de Wall Street se resolvió ayer. Y lo hizo claramente a favor de los bajistas. Los niveles de 12.500 puntos del Dow Jones y de 1.365 del S&P 500 fueron destrozados de forma contundente, con caídas cercanas al 3% -las mayores desde noviembre- y un fuerte volumen de negocio.
El Dow Jones perdió finalmente el 2,46% y cerró en 12.159,21 puntos, su nivel más bajo en 10 meses e inferior a los mínimos de las caídas de agosto y septiembre (los famosos 12.500). El S&P 500 se hundió el 2,91% hasta 1.333,28 y el Nasdaq lo llevó algo mejor -es un decir- con una caída del 2% hasta 2.346,9.
Aunque siempre cabe que se trate de una falsa ruptura y que veamos una recuperación inmediata (seguramente habrá un repunte hasta los soportes perdidos y un intento de recuperarlos), el escenario más probable a medio plazo ha dejado de ser la continuidad alcista. Ahora, con el movimiento lateral roto a la baja, nos encontramos en una tendencia bajista que ha pasado del corto al medio plazo. Y lo peor de las caídas es que se sabe cómo empiezan pero no cómo terminan. La lección de 2000-2002 nos lo enseñó duramente a todos.
El detonante de la ruptura bajista fue Bernanke, que nunca deja indiferente al mercado. Esta vez fue para mal, puesto que vino a reconocer que las bajadas de tipos por sí solas no pueden frenar el deterioro de la economía y pidió ayuda al Gobierno. Un mensaje que aterrorizó a un mercado que confiaba en las contundentes rebajas de tipos (se espera medio punto el día 30) para evitar la recesión.
Lo de Bernanke no fue la única mala noticia del día. El índice de la Fed de Filadelfia fue desastroso, por debajo de las expectativas más pesimistas, y dio la razón a quienes consideran que EEUU ya ha entrado en recesión. Las viviendas iniciadas cayeron el 14% en diciembre hasta el ritmo más bajo en 16 años.
Además, Merrill Lynch publicó unas pérdidas de 9.800 millones de dólares, más de lo esperado; aunque inicialmente se interpretó de forma positiva -ya no habrá más malas noticias-, el valor acabó sucumbiendo con el mercado y se despeñó el 10,1%. Tras el cierre, AMD también dio pérdidas mayores de lo esperado, mientras que IBM y Washington Mutual sí cumplieron las expectativas.
El petróleo siguió recortando, aunque se mantuvo por encima de 90 dólares. Por el contrario, volvieron las fuertes subidas a los bonos gracias al desplome de la bolsa, de forma que la rentabilidad del activo a 10 años cayó hasta el 3,66%. El dólar recogió las malas noticias económicas con una recaída hasta 1,4670 unidades por euro.