DEXIA
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La entidad franco-belga ha cerrado la sesión con un retroceso del 22,46%, si bien ha llegado a desplomarse más de un 25%, después de que ayer el consejo de administración no descartara ninguna opción y tan sólo pidiera al consejero delegado que arreglara los problemas estructurales del banco. Francia y Bélgica colaboran con los bancos centrales para tomar las medidas necesarias con el fin de proteger a los titulares de cuentas y acreedores de Dexia.
"Con este fin, se promete garantizar la financiación de Dexia", expresaron François Baroin y Didier Reynders en un comunicado.
"Los Estados (belga y francés) responderán como en 2008", ha dicho Baroin en declaraciones a la prensa tras la reunión de ministros de Economía de la UE. "Pase lo que pase pondremos una solución rápida y eficaz", ha resaltado, sin ofrecer más precisiones.
Ayer, cuando quedó claro que Dexia estaba al borde del abismo, ya se habló de un posible rescate por parte de Francia, Bélgica y Luxemburgo (son accionistas) y que se trataría del segundo, ya que el banco ya fue rescatado en 2008.
"Si es necesario actuaremos", comentó Reynders a los periodistas en Luxemburgo. "Primero debemos leer las propuestas que lleguen del banco. Estudiaremos las propuestas del consejo" de ayer por la noche.
Además, Luc Frieden, ministro de Finanzas de Luxemburgo, también ha asegurado que "todas las opciones están sobre la mesa" para tratar el asunto de Dexia.
Las opciones
El diario británico Financial Times informa de que, según fuentes conocedoras de la situación, el consejo de Dexia acordó este lunes en una reunión de emergencia separar sus unidades de negocio saneadas para su porterior venta, incluyendo Dexia Asset Management y el turco DenizBank, mientras que un "banco malo" respaldado por los gobiernos de Francia y Bélgica agruparía la cartera de deuda de la entidad, valorada en unos 100.000 millones de euros.
De hecho, la propia entidad franco-belga emitió un comunicado tras la reunión en el que el consejo de administración reconoce haber solicitado al consejero delegado de Dexia, Pierre Mariani, tras consultar con los gobiernos relevantes, que prepare "las medidas necesarias para resolver los problemas estructurales que penalizan las operaciones del grupo y abrir así nuevas perspectivas para el desarrollo de sus franquicias históricas en Francia y Bélgica".