Bolsa, mercados y cotizaciones

Bernanke y Trichet riegan los bancos de dólares para impedir otro colapso

Cinco de los principales bancos centrales del mundo, como si fueran el séptimo de caballería, acudieron ayer al rescate de la banca europea. En una maniobra coordinada, del estilo de las que vienen protagonizando desde finales de 2007, la Reserva Federal (Fed) de EEUU, el Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Inglaterra, el Banco de Suiza y el Banco de Japón acordaron realizar tres operaciones mediante las que prestarán a las entidades tantos dólares como les pidan a un plazo de tres meses. Las inyecciones, que tendrán lugar el 12 de octubre, el 9 de noviembre y el 7 de diciembre, persiguen aliviar los crecientes problemas que estaban encontrando los bancos europeos para obtener financiación en la divisa norteamericana. Al mismo tiempo, pretenden prevenir las tensiones de liquidez que suelen concentrarse en la parte final de cada año.

"[La medida busca] cubrir la necesidad de dólares en el mercado en los próximos meses, ante los crecientes problemas de crédito que están encontrando las entidades financieras", asegura José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. La maniobra, además, se produjo en un momento en el que las restricciones en torno a la banca europea se estaban disparando. Sin ir más lejos, el BCE se vio obligado el miércoles a prestar a dos bancos europeos 575 millones dólares, la cantidad más alta desde mediados de 2010.

"Los miedos acerca de los problemas que podrían tener los bancos europeos para continuar obteniendo financiación a corto plazo estaban creciendo en todo el mundo", reconoce Azad Zangana, economista para Europa de Schroders. Y añade: "La nueva acción coordinada significa que los bancos tendrán acceso ahora a tomar prestados dólares a tres meses". "Es un intento de los bancos centrales para asegurar que hay suficiente liquidez y que los mercados no se congelarán", afirmó Carl Forcheski, de Société Générale, en declaraciones a la agencia Bloomberg.

Tres años después

Con el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, y de la Fed, Ben Bernanke, como principales estandartes, las instituciones monetarias reactivaron uno de los programas especiales que han puesto en marcha durante la crisis. En el caso concreto del BCE, introdujo dentro su arsenal de medidas los préstamos en dólares en octubre de 2008, una alternativa que ha venido prolongando desde entonces. De hecho, las operaciones a tres meses complementarán los préstamos de dólares a siete días que semanalmente convocan los bancos centrales.

Curiosamente, esas subastas se introdujeron para contrarrestar las restricciones que la quiebra del banco Lehman Brothers provocó en los mercados de crédito. Y ayer, justo cuando se cumplía el tercer aniversario de ese hito, que multiplicó la gravedad de la crisis, los bancos centrales acudieron de nuevo en auxilio del sistema financiero.

Los mercados tributaron una calurosa acogida a la intervención de las instituciones monetarias. Lo agradecieron, sobre todo, los activos con riesgo -como la bolsa o el petróleo; ver página 7-, porque la decisión de las autoridades trae consigo otro regalo. "Hay una segunda consecuencia, buscada o no, de esta operación: bajar la volatilidad. Y la volatilidad sigue siendo juez y parte en la aversión al riesgo actual", admite José Luis Martínez. Más reservas muestra Bill Gross, de Pimco. "Los bancos centrales continúan intentando prevenir el desapalancamiento del sector privado. Y eso sólo es parcialmente exitoso", valoró ayer.

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