
¿Hacemos las maletas o nos quedamos en el mercado? elEconomista ha sondeado a dos grandes gestores para conocer cuáles son las opciones reales a barajar de cara al mercado. Sus reflexiones: valorar si realmente se ha notado en el precio de las acciones las revalorizaciones en los beneficios de las empresas o dilucidar si conocemos en toda su extensión el impacto de la crisis subprime
Ramón Esteruelas, Director General de ABN Amro AM España
Hace dos meses un gestor de unos 62 años con casi 40 de experiencia como inversor profesional y una cartera de unos 2.000 millones de euros me hacía la siguiente confesión: "En un mercado bajista, el mejor activo es la cuenta corriente". Yo me quedé algo sorprendido puesto que su éxito y experiencia le vienen como gestor de fondos de renta variable.
Al ver que mi cara mostraba cierto escepticismo, añadió: "Aún con esas, te puedo decir que es mi selección de las acciones y no el que haya decidido estar o no invertido lo que de verdad explica mis buenos resultados en la gestión. Además, siempre he tenido por lo menos un 60 por ciento de mis activos en acciones". Estamos viviendo una crisis financiera y de crédito muy seria. La situación es delicada, pero hay varios factores que debemos tener en cuenta antes de rasgarnos las vestiduras.
La economía mundial sigue creciendo a buen ritmo
Los bancos centrales están actuando de forma concertada con recortes en los tipos de intervención e inyecciones de liquidez. Éste parece ser el camino más adecuado para calmar los ánimos del mercado interbancario. La economía mundial sigue creciendo a buen ritmo (el consenso de economistas del mercado piensa que el crecimiento del PIB real del mundo será del 4,6 por ciento este año y del 4,1 por ciento en 2008). Eso sí, una parte importante de ese crecimiento parece que viene de los países en vías de desarrollo. Además, si analizamos lo que valen las acciones en función de los beneficios de las empresas que las emiten, muchas no se han revalorizado en la misma proporción en la que han crecido o van a crecer sus beneficios.
Como decía Oscar Wilde: " La experiencia es el nombre que le damos a nuestros errores". No cometamos el error de dejar de confiar en las bondades a largo plazo de la renta variable por el hecho de que se produzcan crisis financieras puntuales. Dicho esto, es conveniente que antes de tomar una decisión de inversión, nos preguntemos: ¿qué quiero hacer con el dinero invertido?, ¿cuánto tiempo voy a mantener mi inversión ?, y ¿cuál es mi "estómago" ante el riesgo? Si respondemos a estas preguntas la probabilidad de error disminuirá.
José Ramón Iturriaga, socio de Abante y gestor del fondo Okavango Delta
Tratar de anticipar lo que van a hacer las bolsas a un año vista es un ejercicio teórico interesante que sirve para ordenar las ideas pero que siempre me ha parecido algo osado, más propio de analistas o estrategas para los que el concepto de largo plazo de verdad existe.
Yo, a día de hoy, y con un horizonte temporal que no va mucho más allá de unos meses, en los niveles actuales que han alcanzado muchas cosas creo que es más fácil ganar dinero vendiendo la bolsa que comprándola.
No creo que por el momento la renta variable -no así otros activos- esté poniendo en precio los muchos interrogantes que hay abiertos.
Por partes
La crisis financiera lejos de solucionarse se está agravando a medida que pasa el tiempo y el mercado de crédito continúa cerrado. Lo que empezó como una crisis de liquidez puntual se está transformando en una de solvencia generalizada. La temporada de ampliaciones de capital que Citigroup abrió no hace mucho no ha hecho nada más que empezar. Los excesos han sido muchos, la purga será parecida. El primer efecto -ya lo estamos viendo- es que la liquidez desaparece. Hasta que los bancos no solucionen sus problemas de capital es poco probable que vuelva la alegría a los parqués internacionales.
Esto lo que hace es que las probabilidades de que Estados Unidos entre en recesión aumenten considerablemente. Y la economía mundial detrás. Todo ello con la inflación claramente al alza, muy por encima de los límites fijados por las autoridades monetarias por lo que su capacidad de actuación es limitada. No se puede descartar un escenario paradójico de recesión con inflación.
Y en España
Y España no va a ser una excepción. De verano a esta parte, la tan cacareada corrección del sector inmobiliario no sólo se está produciendo sino que está cobrando tintes dramáticos. De esta, más de un banco se va quedar con una huerta. Lo único que me hace estar algo menos pesimista es la valoración de las bolsas. A diferencia del año 2000, no están especialmente caras. Eso es lo que puede hacer que el año no sea dramático.
Sumario: "No hay que cometer el error de dejar de confiar en la renta variable a largo plazo por las crisis" "Hay claras opciones de que EEUU entre en recesión. Y la economía mundial detrás, con la inflación al alza".