Bolsa, mercados y cotizaciones

La OPEP amenaza la economía mundial al disparar el barril de crudo sobre 118 dólares

La relación entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y el mercado es simple y contundente como la de un martillo y una rodilla: acción y reacción, golpe y reflejo. Hoy, pasadas las tres de la tarde, para que los precios del crudo se dispararan ha bastado con que el libio Abdala Salem El Badri, secretario general del cártel, declarara: "La reunión ha terminado y por desgracia no hemos logrado ningún consenso".

El West Texas Intermediate o WTI -petróleo de referencia en Estados Unidos- y el Brent -su equivalente en Europa - marcaron sendos máximos intradía de inmediato: 101 y 118,58 dólares por barril respectivamente. Una hora después, el Brent se mantenía por encima de los 118 dólares y el WTI sobre los 100. En la víspera, el primero apenas había superado los 115 dólares y el segundo había bajado hasta quedar ligeramente por encima de los 98.

Reunión a cara de perro

Adiós a las esperanzas que al inicio de semana impulsaron una incipiente tendencia a la baja de los precios del oro negro. Esperanzas que estaban puestas en la paloma pro americana Arabia Saudí, el miembro más influyente de la OPEP, secundado por Kuwait, Qatar y Emiratos Árabes Unidos.

Occidente reclamaba que de la reunión ministerial que mantuvieron en Viena los doce gobiernos de este club que controla el 40 por ciento de la producción mundial de crudo saliera un acuerdo para elevar la producción. La ecuación soñada hubiera sido: más oferta, precios más bajos, un lastre menos para la incierta recuperación de la economía mundial. Lo abortaron los halcones: Irán, Venezuela, Irak, Argelia y Angola. "Ha sido una de las peores reuniones", confesó el ministro saudí Ali Naimi tras el encuentro.

Resurge el fantasma de una espiral de precios que, como en verano de 2008, vuelve a coquetear con los 150 dólares por barril. Sería el tiro de gracia a la vacilante recuperación de economías como la estadounidense. Y recalentaría la inflación en el mundo emergente: el motor hasta ahora más efectivo para progresivamente dejar atrás la gran recesión económica, cuyas raíces se hunden en la crisis financiera global que explotó en 2007. Los halcones asumen el riesgo de que si la economía se desinfla, la demanda de petróleo y sus precios se desplomen como en la segunda mitad de 2008, cuando pasaron de coquetear con los 150 dólares por barril a rozar los 30.

Ni pacto cosmético ni real

No sería correcto exagerar las expectativas ante la reunión. Los analistas coincidían en prever, equivocadamente, un aumento de las cuotas de producción de unos 1,5 millones de barriles diarios: cambio más cosmético que real. Los países de la OPEP produjeron en abril 1,3 millones de barriles por encima de sus cuotas, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE): el contrapoder que los consumidores de occidente intentan oponer al cártel de productores. Y los expertos calculan que en abril superaron el listón en 1,6 millones de barriles diarios.

Con los precios del crudo disparados por la primavera árabe y la salida del mercado de Libia, los países de la OPEP vuelven a ceder a la tentación de hacer caja y saltarse sus límites de producción autoimpuestos, con los que contienen la oferta e inflan los precios. Todo aumento de la cuota de producción que se hubiera anunciado hoy alrededor de los 1,5 millones de barriles diarios, como esperaban los analistas, habría sido una señal más positiva que un mantenimiento puro y duro de la cuota. Pero se hubiera limitado a que la cuota teórica se ajustara a la producción real. Con todo, tras la cita de ayer, la AIE se declaró "decepcionada".

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