Este jueves se ha producido en desayuno informativo en el Forum Europa sobre la Oferta Pública de Venta (OPV) del 30% de Loterias y Apuestas del Estado (LAE). Esta operación que puede suponer la mayor salida en Bolsa de la historia, en España, ha sido revestida por Aurelio Martínez de una serie de reclamos con el fin de alentar el interés de compra hacia esa compañía cuando inicie su debut en el parqué en octubre de este año.
Entre esos alicientes destaca que esta compañía pretende repartir un total de doce dividendos a lo largo del año, uno por cada mes. Pero eso no es todo, el actual presidente de la Sociedad estatal de loterías (Selae) ha dado otras razones para tratar de convencer de las ventajas de que los inversores depositen su dinero en los títulos de la futura cotizada.
Entre ellos se encuentra en que los beneficios que se espera que arroje la empresa sean estables a lo largo de los distintos ejercicios a la vez que se espera que el porcentaje de este que dedicara a pagar a sus accionistas (pay out) sea elevado, concretamente entre un 80 u 85%, redundando en que los dividendo ademas de frecuentes podrán ser elevados favoreciendo la rápida recuperación de la inversión en acciones de esa empresa.
Por otro lado ha indicado que la antigua empresa pública seguirá siendo una institución querida por la sociedad. A la par de que el hecho de que el estado siga controlando el 70% de su capital garantizará los compromisos éticos que tiene esta compañía sobre todo en lucha contra la ludopatía y al uso de los premios concedidos para el blanqueo de capitales.
Además en palabras de Aurelio Martínez iniciaría su debut en bolsa por la puerta grande. Sería la séptima u octava empresa con mayor capitalización bursátil, siendo sus ingresos comparables a los de Santander o Telefónica. A la vez que comenzaría esta nueva etapa sin tener que hacer frente a ninguna carga financiera al no tener endeudamiento.
Finalmente el presidente de esta compañía ha hecho hincapié en el hecho de que se tratará de una inversión a un riesgo muy bajo y que la volatilidad de sus títulos será inferior a la que manifiesta el Ibex 35. Además de poder llegar a ser un valor cuya evolución de su rentabilidad siga una dinámica anticíclica respecto a la del mercado.