Nouriel Roubini, el conocido gurú de la crisis, vuelve a la carga. Esta vez cuestiona el optimismo generalizado del mercado sobre la recuperación de los beneficios empresariales. A su juicio, su crecimiento decepcionará el próximo año por la subida de las materias primas y un crecimiento económico menor de lo esperado.
"Hasta ahora las cosas han ido muy bien. Las empresas han recortado costes, pero ahora toca actuar sobre las ventas y los márgenes, y eso va a ser mucho más difícil", señaló ayer en la SkyBridge Alternatives Conference en Las vegas. "Un crecimiento de beneficios del 15% o 20% en próximo año es francamente inalcanzable", añadió.
Los resultados empresariales se han disparado desde que la crisis financiera obligó a las compañías a reducir drásticamente sus costes y a despedir a millones de empleados. Eso ha sido un gran soporte para la bolsa, que, como es sabido, ha recuperado mucho desde marzo de 2009.
En este contexto, el profesor de la Wharton School Jeremy Siegel, dijo en la misma conferencia que el S&P 500 puede subir entre el 12% y el 15% en los próximos 12 meses gracias al crecimiento de los resultados.
A su juicio, el PIB de EEUU puede crecer el 3,5% este año, mientras que la inflación se situará entre el 2% y el 4% en los próximos cinco años, lo que obligará a la Fed a empezar a subir tipos en 2012. Pero Siegel recuerda que, históricamente, los dos primeros años de subida de tipos son buenos para la bolsa.
De nuevo, doble suelo
Por el contrario, el negativo Roubini reduce la previsión de PIB hasta el 2,4% y cuestiona las estimaciones de Siegel: "Los balances empresariales están sanos. Pero el sector inmobiliario es un desastre, la administración estatal y local es un desastre, el Gobierno federal es un desastre", opina.
La escalada de las materias primas presionará los márgenes porque las empresas no tienen capacidad para trasladar esa subida a sus precios. Por el contrario, cree que la inflación no será un problema porque hay exceso de capacidad y un mercado laboral muy laxo, por culpa del paro. Este fenómeno es aún mayor en el mercado inmobiliario, por lo que espera un doble suelo "muy feo".