Bolsa, mercados y cotizaciones

Los expertos descartan que Bernanke active un tercer estímulo monetario

La Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU, celebra entre hoy y mañana miércoles su tercera reunión del año. Pero no es una más. Será histórica. Y por varios motivos.

El primero, porque su presidente, Ben Bernanke, ofrecerá una rueda de prensa para explicar la decisión adoptada, algo que nunca antes había ocurrido desde la constitución de la entidad en 1913. Y el segundo, porque, además de mediática, la reunión es extremadamente importante. Los mercados, desde luego, así la valoran.

¿La razón? La Fed debe aclarar ya si llevará a término el actual estímulo monetario, conocido como QE2 y por el que se comprometió a inyectar 600.000 millones de dólares en la economía entre noviembre de 2010 y junio de 2011, y si tiene previsto introducir una tercera ronda de expansión cuantitativa (QE3) cuando expire su estrategia actual.

En este sentido, los expertos lo tienen claro: 17 de los 18 analistas consultados por elEconomista consideran que se conformará con completar el estímulo monetario actual y no activará un QE3. Como argumentos, la mayoría de los expertos considera que la recuperación económica ha cobrado más impulso y que los temores deflacionistas se han tornado en unas incipientes presiones inflacionistas.

Clave para los activos de riesgo

Para los mercados, la resolución será clave, porque el QE2 ha nutrido el apetito por el riesgo de los inversores en los últimos seis meses. En este periodo, el Dow Jones ha subido un 12 por ciento; el petróleo, un 34 por ciento; y el oro, un 11 por ciento. Además, el dólar se ha depreciado un 5 por ciento contra el euro y la rentabilidad de los bonos estadounidenses a 10 años ha pasado del 2,6 al 3,4 por ciento.

¿Qué podría ocurrir en adelante si no hay un tercer estímulo? La opinión general es que la bolsa y las materias primas podrían sufrir una corrección a corto plazo para luego recuperarse, que la deuda seguirá sufriendo y que el dólar empezará a apreciarse. "Podríamos ver en la segunda mitad del año correcciones importantes en la renta variable", avisa Javier Flores, de Dracon Partners. "Podríamos enfrentarnos en el corto plazo a una corrección de la renta variable y de los activos relacionados con materias primas", advierte Monserrat Formoso, de Tressis. Coincide Juan José Fernández, de Elcano Sicav, quien prevé "una posible corrección de corta duración en la bolsa y las materias primas".

Más cautos se muestran desde Banif, puesto que anticipan que "el efecto del final del QE2 debería ser neutral para la renta variable, puesto que no se inician medidas de drenaje de liquidez". Lo mismo opina Joaquín Casasús, director general de Abante Asesores Gestión, quien se muestra "positivo con la renta variable, pero por razones distintas; las empresas están ganando mucho dinero y no están caras". Desde Bankinter también aconsejan ver las cosas con perspectiva: "Las bolsas deberían verse beneficiadas en el medio plazo, reflejando una economía estadounidense completamente recuperada". No necesitar un QE3 "sería un signo claro de recuperación económica y sería positivo para la renta variable", subraya igualmente Covadonga Fer- nández, de Selbank.

En cuanto a los bonos norteamericanos, "encontrarán mayor dificultad en ser colocados a los bajos rendimientos actuales y tendrán que subir las primas pagadas", resaltan desde IG Markets. Para Paulo Gonçalves, analista de Consulnor, no ir más allá del QE2 "tendría un efecto parecido al de una subida de tipos, por lo que los tipos de interés de la deuda pública seguirán una tendencia alcista, sobre todo en los plazos más largos".

¿Y el dólar? "Se apreciará con la retirada de las medidas extraordinarias de liquidez", valora Francisco López Ollé, de XTB. Para M&G Valores, "el efecto más directo podría ser una recuperación del dólar o al menos una estabilización frente a su acusada debilidad actual". "El impacto neto sobre el dólar debería ser positivo, aunque con más claridad a medio plazo que a corto", añaden desde Capitalia Familiar. Estefanía Ponte, de Cortal Consors, cree que el billete verde podría terminar 2011 entre los 1,25 y los 1,30 dólares por euro, entre un 10,7 y un 14,2 por ciento más fuerte que los 1,456 dólares actuales.

Marta Grosso, gestora de ES Gestión, avisa de que el verdadero cambio se producirá si la Fed comienza a subir los tipos de interés, anclados entre el 0 y el 0,25 por ciento desde diciembre de 2008. "Una fuerte subida de tipos podría hacer que el flujo de compras especulativas de materias primas y, en concreto el oro, se moderaran lo que podría propiciar una apreciación de dólar a corto plazo". Por el momento, eso sí, no se atisban subidas hasta el último trimestre de 2011.

Rafael Romero, de Unicorp Patrimonio, es el único que considera probable la activación del QE3, algo que, a su juicio, "permitirá soportar los niveles actuales en un escenario lateral/alcista en los precios y rentabilidades en la bolsa y la deuda pública, mientras que mantendría la tendencia de debilidad del dólar frente a otras divisas".

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky