
Las nuevas dudas que se ciernen sobre los países de la periferia europea, con la posible reestructuración de la deuda griega como protagonista, deberían haberse traducido en una fuerte caída de la moneda única. Pero nada más lejos de la realidad: el euro ha superado esta mañana los 1,46 dólares, su mayor nivel desde diciembre de 2009, aunque luego se ha desinflado y vuelto a la zona de 1,455.
Empezó la semana en números rojos, ante los rumores de que Grecia tendría que hacer frente a una reestructuración de su deuda pero esos números rojos se fueron difuminando a medida que avanzó la semana. Los problemas de la deuda en EEUU, acentuados tras el recorte de la perspectiva a "negativa" por parte de Standard&Poors, y los buenos resultados empresariales se tradujeron en un aumento del apetito por el riesgo, lo que disminuye cada vez más el atractivo del dólar como activo refugio.
Con este telón de fondo, el euro ha continuado su escalada alcista, que ya inició a principios de año y ahora ha llegado a superar los 1,46 dólares, su cambio más alto desde diciembre de 2009. De esta manera la moneda única ya se aprecia un 9,77 por ciento en el año. Y puede seguir subiendo.
Al menos eso es lo que defienden desde FXPro. "Los inversores han encontrado en los últimos meses razones para vender dólares, independientemente de lo que sucediera. Si la economía es débil, venden porque significa que la Fed mantendrá bajos los tipos de interés, si la economía crece, también porque aumenta el apetito por el riesgo; si Washington no hace lo suficiente para recortar su déficit fiscal, se venden dólares porque se pierde confianza en EEUU y si lo consigue, también porque significaría que la Fed dejaría los tipos bajos por mucho tiempo", afirman.