España no es Grecia, Irlanda ni Portugal. Un mensaje muy repetido pero que se ha cuestionado en los últimos días cuando la posible reestructuración de la deuda helena volvió a tensionar el mercado de deuda de los periféricos, incluido el español.
Ayer, sin embargo, los inversores volvieron a dar señales de confianza cuando la rentabilidad de los bonos españoles a 10 años cayó y el diferencial con respecto al bund alemán se relajó en siete puntos básicos y los seguros contra el riesgo de impago se mantuvieron en niveles similares a los de un día antes. Una distensión que se contagió a la renta variable.
Aunque el mercado permanece hoy abierto, muchos de los inversores se habrán ido de vacaciones con buen sabor de boca. Tras las dudas que generaron Grecia y Finlandia, cuando el avance de la ultraderecha abría la posibilidad de un bloqueo o retraso del rescate luso, los principales indicadores europeos cerraron con importantes repuntes. En el caso del parqué español, donde se negociaron 5.565 millones de euros, el Ibex 35 corrigió un 1,53 por ciento hasta los 10.535 puntos, aunque osciló entre los 10.569 y los 10.433.
El rebote de ayer sirvió, además, a ocho valores del selectivo español a cerrar con su precio más alto desde que se reabrió la crisis periférica el pasado jueves con las palabras del ministro alemán de finanzas y no fue suficiente para otros tres -entre ellos Sabadell y Popular-, que marcaron mínimos. A la espera de si esta corrección es el punto de partida de una posible resurrección de las bolsas, desde Ecotrader se fijan los 11.500/12.200 como objetivo a alcanzar y los 9.200 el nivel que no debe perder porque sería dirigirse a mínimos de marzo.
El riesgo se 'esfuma' en España
Los inversores volvieron a percibir que la situación en España poco tiene que ver con la de los conocidos PIIGS. Tanto es así que ayer se lanzaron a comprar deuda hasta llevar a la rentabilidad del bono español a diez años hasta el 5,47 por ciento, frente al 5,51% de un día antes. Una confianza que la prima de riesgo -medida entre el diferencial del bono español y el alemán- reflejó al descender desde los 223 puntos básicos a los 216, mientras que los seguros contra el riesgo de impago (CDS) se mantuvieron sobre los 242 puntos básicos.
Sin embargo, España no fue el único de los periféricos que reflejó cierta tranquilidad. La confianza también se instaló en el mercado de deuda trasalpino. La prima de riesgo italiana se relajó desde los 148 a los 144 puntos básicos, mientras que el coste de asegurarse contra los impagos se mantuvo sobre los 150 puntos básicos. Pero fue en Grecia donde se percibió una importante relajación en los CDS al bajar desde los 1.331 a los 1.299 puntos básicos. Este síntoma no frenó el spread de su deuda, que siguió ensanchándose hasta los 1.144 puntos básicos desde los 1.120.
Por el contrario, los mayores ascensos de prima de riesgo fueron los de Irlanda y Portugal, que ascendieron hasta los 676 y 598 puntos básicos en cada caso. Mientras tanto, Wall Street se contagiaba del optimismo de Europa y repuntaba más de un 1,5% gracias, sobre todo, a los buenos resultados presentados por Intel, cuyos títulos a media sesión subían por encima del 6,5%.