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Cinco causas por las que Atenas y Bruselas temen la reestructuración

La presión crece sobre Grecia. Y no es para menos. Que un país se vea abocado a reestructurar su deuda no es una cosa que pase todos los días... por fortuna.

1 ¿Qué es una reestructuración?

La modificación del compromiso del pago de la deuda adquirido por un emisor con respecto a los inversores que han comprado esos títulos.

Dicho de otro modo: cuando un emisor -en este caso, Grecia- ve que no dispone del dinero suficiente para atender el pago de su deuda en el tiempo fijado, acomete una reestructuración, que puede consistir o bien en alargar los plazos de entrega o bien para devolver menos dinero del que esperaba el inversor.

2 ¿Por qué es una amenaza para Grecia?

En primer lugar, porque la situación económica y financiera del país se está volviendo ingobernable pese a los distintos planes de austeridad diseñados por las autoridades helenas.

La economía acumula ya dos años consecutivos en recesión y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica un tercero, puesto que espera una contracción del 3,03% en 2011; el desempleo creció del 9,4 al 12,5% en 2010 y está previsto que ronde el 15% en 2012; y la proporción entre la deuda pública y el Producto Interior Bruto (PIB) ha pasado del 100% en 2005 al 142% en 2010 y, salvo milagro, rozará el 160% en 2012.

Sin perspectivas de crecimiento, con una carga financiera tan abultada y destapadas las trampas contables que cometió Atenas para incorporarse al euro, la desconfianza ha hecho el resto. ¿Cómo se ha manifestado? Mediante la exigencia de unos intereses crecientes a la deuda helena que imposibilitan que el país pueda encontrar en los mercados los recursos financieros que necesitan para atender sus pagos. Y sin ese dinero, la reestructuración es inevitable.

3 ¿Qué impacto ejercería sobre el país?

Además de certificar sus problemas, supondría un descrédito más en un historial ya empañado con el maquillaje fiscal empleado para entrar en la Europa del euro. Y recuperar la confianza de los inversores llevará su tiempo.

Los recientes ejemplos de Rusia, en 1998, y Argentina, en 2001, constatan que a un país le cuesta al menos una década volver a los mercados una vez que ha suspendido pagos o reestructurado su deuda.

4 ¿Por qué supone un problema para el sector financiero europeo?

Porque son los bancos europeos los que poseen la mayor parte de la deuda griega. Y si se reestructura serían los primeros damnificados, bien porque recibirán más tarde el dinero -si lo que se revisa es el plazo- bien porque recibirán menos dinero del esperado -si la opción es devolver menos dinero del que pagaron en su día los compradores de la deuda-.

Así, por ejemplo, un banco que hubiera adquirido bonos por valor de 1.000 millones de euros a cinco años, al cabo de ese tiempo hubiera contado con recibir esa cantidad más los intereses. Si hubiera una quita del 25 por ciento, no recibirían 1.000 millones, sino 750, y se despedirían de los intereses.

5 ¿Volvería a discutirse la cohesión de la zona euro?

Sí. Guste o no, Grecia es uno de los 17 eslabones que conforman la zona euro, en cuyo currículum quedaría que unos de sus integrantes no ha podido afrontar sus pagos. Por ese motivo, el futuro del euro podría volver a discutirse.

Más aún, porque los problemas actuales de Atenas constatan que la asistencia financiera proporcionada hace un año a Grecia no sirve para atajar los problemas, con lo que también podrían retornar las dudas sobre la gobernanza de la Eurozona.

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