
Fue en julio de 2008 cuando el Banco Central Europeo (BCE) decidió por última vez subir los tipos de interés de la eurozona. Y ahora, casi tres años después, todo apunta a que volverá a hacerlo. El próximo jueves la institución presidida por Jean-Claude Trichet se reunirá de nuevo para confirmar el alza del precio del dinero. Un cambio que se producirá en un ejercicio en el que la bolsa española tiene previsto el vencimiento de 58.491 millones de euros en deuda, lo que supone el 10,46 por ciento del total de los compromisos financieros en bonos y préstamos que tienen las compañías del selectivo español.
Este cambio en la política monetaria se anunció a comienzos de marzo después de que la subida en el precio de las materias primas agitara de nuevo el fantasma de la inflación y pusiera en peligro la estimación de entre 2 y 2,6 por ciento que barajaba el BCE para este año. El anuncio de la subida de tipos de interés, que sorprendió a todos (inversores y expertos), recogía ya las repercusiones de las revueltas en Oriente Medio pero no las del terremoto de Japón. Y como era de esperar tras el devastador seísmo del pasado 11 de marzo y la crisis nuclear del país asiático, las tensiones en torno a la escalada de las materias primas -especialmente el petróleo Brent (de referencia en Europa), que se ha disparado por encima de los 118 dólares por barril- no han hecho más que aumentar. No obstante, el repunte del petróleo no es considerado un dato preocupante para muchas de las casas de análisis.
"La perturbación en el mercado del petróleo que vivimos actualmente es menos probable que envíe a la economía mundial de nuevo a la recesión", aseguran desde Schroders. Un escenario del que España parece que saldrá este año tras dos ejercicios consecutivos sin crecimiento. Las cifras anunciadas por el Banco de España así lo corroboran, al estimar que el PIB crecerá un 0,8 por ciento este año y un 1,5 por ciento en 2012. Sin embargo, en medio de estos datos esperanzadores que hacen posible una mejora de la economía se esconde el alto endeudamiento de las compañías. La bolsa española es, sólo detrás de la portuguesa, la más apalancada de Europa al contar con una relación deuda/ beneficio bruto de 2,88 veces y, por lo tanto, la más débil del Viejo Continente de cara a una subida del precio del dinero.
Con la calculadora en la mano
Veinte compañías del Ibex 35 tendrán que hacer frente en este ejercicio incierto a vencimientos de su deuda. Pero son los que tendrán que llevar a cabo Sacyr, Acciona y ACS los que principalmente más quebraderos de cabeza pueden ocasionar si se eleva el interés.
El vencimiento de deuda que tiene que emprender Sacyr en 2011 no es el más elevado del parqué, pero sí el que más porcentaje supone del total de su endeudamiento. Al grupo de infraestructuras le vencen, según recoge Bloomberg, 5.235 millones de euros, lo que representa el 65 por ciento del total (8.040 millones). Mientras que la deuda que le vence en los próximos ejercicios no alcanza ni los 1.000 millones. Un escenario que deja, por lo tanto, al valor en la peor situación de cara a un "inminente" aumento del precio del dinero.
Sacyr tiene varios inconvenientes. Y es que se trata del valor más apalancado del selectivo al estimarse una deuda para 2011 de 11.115 millones de euros, lo que supone más de 18 veces su beneficio operativo estimado para el mismo periodo (600 millones). Sin embargo y a pesar de no contar con muy buena salud financiera, Sacyr está sabiendo sacar tajada de su posición privilegiada dentro de Repsol. La participación del 20 por ciento que tiene el grupo en el capital de la petrolera -es su principal accionista, seguido de Criteria con un 13 por ciento- , la buena marcha de ésta en bolsa, que ya se revaloriza un 18 por ciento en lo que va de ejercicio, y el potencial alcista del 8,5 por ciento (hasta los 8,9 euros por acción) que tiene Sacyr convierten al grupo en un buen valor para comprar y tener en cartera.
No obstante, la compañía es consciente de la situación con la que arrastra su pesada carga. Por eso, el pasado jueves Sacyr anunció una emisión de bonos convertibles con prima del 25 por ciento y por un importe de 200 millones de euros (ampliable a otros 30 millones) con la que a través de la cual pretende entrar en el mercado de deuda, diversificar sus fuentes de financiación y obtener recursos para ejecutar los proyectos que se adjudica. Pero la operación tiene otras lecturas. Curiosamente, la emisión -que incluye la realización de una ampliación de capital por la "cuantía que resulte necesaria"- va dirigida a nuevos accionistas, con todo lo que eso conlleva. La operación generará una dilución en las participaciones de sus accionistas actuales. Esto puede afectar a la lucha de poder que tienen abierta el presidente del grupo, Luis del Rivero, y Demetrio Carceller, que se convirtió recientemente en el primer accionista de la compañía al elevar su participación hasta el 15,7 por ciento (12,5 por ciento directo y 3,2 por ciento sindicado con el grupo canario Satocan) y que solicitó un puesto más en el consejo de administración.
Al igual que Sacyr, Acciona es uno de los valores más elegidos por los inversores en las compras que han realizado en el primer trimestre al acumular una subida superior al 45 por ciento. Sin embargo, aunque con vencimientos mucho menos elevados, la energética, antigua constructora, es otra de las compañías que más puede verse perjudicada por una subida de tipos de interés. A Acciona le vencen este año 1.500 millones de euros (casi el 30 por ciento del total) y 96 millones el año que viene. Y es que la compañía que preside José Manuel Entrecanales es después de Sacyr, Ferrovial y Abengoa la que tiene mayor apalancamiento de la bolsa española. Las previsiones del consenso de mercado, recogidas por FactSet, apuntan a que cerrará el ejercicio con más de 8.300 millones de euros, frente a los 1.300 millones que se esperan de beneficio operativo.
La situación no es mucho más halagüeña para ACS. Además de continuar las tensiones con Iberdrola, tras la entrada de Qatar en la eléctrica, su endeudamiento supone, como le ocurre a Acciona, más de seis veces el ebitda previsto para 2011. Una situación complicada ya de por sí, a la que se le suma los elevados vencimientos de deuda que tiene este año. Según Bloomberg, ACS hará frente a vencimientos por valor de 2.741 millones de euros -aproximadamente el 20 por ciento de los compromisos financieros totales-, aunque será en 2012 cuando se enfrentará a la cifra más elevada (3.341 millones de euros).
El gran endeudamiento de Endesa también parece prever dificultades para la compañía si la institución capitaneada por Trichet sigue adelante con la subida del precio del dinero. Los vencimientos de deuda en la española ascienden en este ejercicio a los 2.516 millones, pero la cifra más abultada en vencimientos será en 2012 cuando tiene que hacer frente a 3.277 millones de euros. A esto se le suma que la media de analistas estima que recortará sus beneficios en un 47 por ciento, hasta los 2.200 millones, lo que puede hacer peligrar la recomendación de mantener que ostentan sus títulos.
El sistema financiero tampoco se escapa de los peligros, aunque un alza de tipos mejorará sus márgenes. En estos momentos, los inversores siguen confiando en la buena marcha de bancos y aseguradoras por el relax en el mercado de deuda después de que la idea del rescate de la economía española haya ido perdiendo fuerza y también, en el caso de las aseguradoras, por las oportunidades que se les ha abierto tras el terremoto de Japón. Sin embargo, en materia de vencimientos de deuda de 2011, Sabadell es el más saludable. Al resto de las entidades y a Mapfre les vence entre un 10 y un 14 por ciento de sus compromisos financieros. Entre todos ellos, Mapfre, Popular y BBVA son los valores que más difícil lo tendrán al subir los tipos. Los tres valores tienen que hacer vencimientos del 13 por ciento del total de sus respectivos compromisos financieros. En el caso de Mapfre, la cifra se sitúa en los 275 millones de euros y en los 653 millones para el próximo año. Popular tiene también una situación delicada, a la que se le suma que no goza del respaldo de los analistas que recomiendan deshacerse de los títulos de la entidad. El banco español con más vencimientos para este año: 3.461 millones de euros de los 26.610 millones totales. Le sigue BBVA, cuyos vencimientos ascienden en 2011 a los 12.185 millones, y Bankinter, que hará frente a 1.445 millones (el 12,8 por ciento del total). Mientras que el principal banco español, Santander, tampoco se escapa de tener que asumir 18.861 millones de euros.
Los más 'vacunados' ante los cambios
Pero calma, porque no todo son malas noticias. Los inversores tienen todavía valores en los que refugiarse a pocos días de que los dirigentes del BCE se reúnan para atajar la escalada de los precios. Se trata de las compañías que tendrán previsiblemente caja este año (BME, Inditex, Telecinco y Técnicas Reunidas) y a muy corto plazo valores como Grifols, Gamesa, Criteria y Acerinox, en donde no se contemplan vencimientos de deuda ni en el presente ejercicio ni en el siguiente. La primera cita de estas compañías la tendrá Grifols en 2013 y Criteria, cuya deuda empezará a vencer en 2014.