
La prolongación de la crisis de la deuda soberana no ha amedrentado a las principales empresas y entidades financieras españolas a la hora de emprender la aventura de financiarse en los mercados. A punto de concluir el primer trimestre del año, han captado cerca de 27.000 millones de euros, una cifra que supera en un 18% los casi 23.000millones logrados en el mismo periodo de 2010.
Lamayor parte de la actividad ha correspondido al sector bancario, con 21.500 millones de euros, mientras que la actividad corporativa se ha mantenido en un segundo plano,un síntoma, en opinión de los expertos, de que han hecho sus deberes con antelación en los últimos años.
Fuentes del mercado no dudan en calificar el volumen total conseguido como "un éxito en medio de la incertidumbre actual". El mérito es aún mayor porque el arranque del ejercicio fuemás débil que el de 2010. Pero en febrero volvió a abrirse una ventana de emisiones que se ha mantenido constante hasta ahora.
Y es que, en líneas generales, el mercado mantiene la tendencia vista durante el pasado ejercicio,marcada por una actividad emisora intermitente. "Seguimos claramente en unmercado de ventanas, y eventos como el reciente desastre en Japón, o la situación en Libia,marcan el apetito de los inversores demanera clara", valoran los expertos en bonos de Société Générale (SG CIB).
Protagonismo clave
Este incierto entorno es el que otorga más mérito a los datos acumulados. En este sentido, los expertos subrayan el protagonismo y la continua presencia en los mercados de los dos principales bancos, BBVA y Santander.
El primero ha realizado cinco operaciones, por un valor conjunto de 7.750 millones de euros, y el segundo, cuatro, con unmontante captado de 5.750 millones. "Ellos abrieron elmercado en el año y ellos lo han mantenido vivo incluso en momentos de fuerte tensión. Han hecho mucho pormantener viva la marca de España en los mercados", asegura un operador de tesorería de una entidad española.
Sin embargo, los emisores privados españoles no han escapado a los efectos de la prolongación de la crisis de la deuda periférica. Esa huella se ha reflejado en las primas que han tenido que desembolsar para poder financiarse. "Son fruto del episodio de volatilidad que afecta a los riesgos soberanos periféricos.
Los emisores privados, al margen de su diversificación geográfica, sufren el impacto de sus respectivos soberanos. Entendemos que la reciente evolución, que vuelve a aproximar a España más bien a Italia que a Portugal en cuanto a percepción de riesgo soberano, implicará una reducción gradual de las primas que se ven obligados a pagar los emisores españoles por esta circunstancia", explican desde SG.
Los costes adicionales han afectado incluso a los grandes jugadores. Así, por ejemplo, BBVA y Santander abrieron el año desembolsando un interés de 225 puntos básicos -ó 2,25 puntos porcentuales- sobre la referencia del mercado -midswap- para colocar cédulas, cuando hace un año esa prima se situó en torno a los 50 puntos básicos. Pero incluso en este apartado se ha producido una evolución favorable. Sin ir más lejos, el diferencial pagado el pasado lunes por BBVA para colocar cédulas se contrajo hasta los 155 puntos básicos.
Junto a la crisis soberana, las entidades también han hecho frente a la reconfiguración del sector financiero español. Ambos obstáculos han provocado que las entidades hayan centrado sus esfuerzos en lanzar cédulas hipotecarias, "los títulos que mejor absorbe y de los que más se fía ahora el mercado", confiesan desde el sector.