
El contraste que han sufrido las bolsas a ambos lados del Atlántico en 2010 ha quedado especialmente reflejado en las principales entidades financieras. Mientras que algunos grandes bancos estadounidenses lograron cerrar 2010 con ganancias en los parqués, en Europa la crisis de deuda soberana ha hecho de la banca el sector más castigado, con una caída superior del 10%.
Esto ha provocado que las firmas de inversión se hayan visto obligadas a rebajar sus expectativas para este año. Por ejemplo, el beneficio por acción de la banca española estimado para 2011 ha sufrido un fuerte recorte en los últimos meses (un 15% desde octubre), especialmente significativo en la banca mediana. El consenso de mercado ha recortado también los precios objetivos de todos bancos españoles una media del 10% en sólo tres meses.
La inestabilidad y el aumento de incertidumbre en los mercados periféricos recibieron el primer impulso con el rescate de Grecia en la pasada primavera. Meses más tarde, en un intento de recobrar la confianza de los inversores, se sometió a las entidades europeas a pruebas de resistencia que mostrasen su solvencia ante diferentes escenarios adversos. Los buenos resultados que se publicaron en julio calmaron las tensiones, pero las aguas no tardaron en volver a removerse. Su elevada exposición a la deuda pública de países como Grecia, Irlanda, Portugal o España motivaron descensos en las bolsas y revisiones de los bancos de inversión sobre las expectativas de estos valores, en un momento en el que las dudas sobre la estabilidad de estas economías se dispararon.
Así, los bancos aprobaron en estas pruebas de esfuerzo, haciendo alarde de su solvencia. Muchos lo hicieron con muy buena nota. Pero ante otro rescate -el de Irlanda- y los temores de que los problemas continuaran extendiéndose por otras economías periféricas provocaron que los valores que mantienen más deuda pública de estos países en sus balances fueran los más penalizados de 2010. Y no son otros que los bancos. "No sólo en países como España, sino en el conjunto de los países de la Unión Europea se han visto caídas generalizadas en el sector financiero que ni unos buenos tests de estrés lograron atenuar", comenta Soledad Pellón, estratega de mercados de IG Markets. Aunque los descensos no fueran sólo cosa de España, Pellón apunta que "el default de Grecia e Irlanda y la bajada de nuestro rating hizo que las ventas se desataran en el sector financiero en mayor medida que en el resto de países". Los dos grandes bancos españoles, Santander y BBVA, cedieron entre enero y diciembre un 31 y un 38%, respectivamente.
Estas caídas también han provocado que las entidades bancarias españolas ofrezcan, a los precios actuales, un atractivo rendimiento a través de sus retribuciones. De hecho, Santander es el banco que ofrece la mayor rentabilidad por dividendo, un 7,5%. También las caídas han abaratado los valores bancarios europeos de manera que cotizan a un PER -número de veces en las que el beneficio se recoge en el precio de la acción- más bajo. Según los datos de consenso que recoge FactSet, el PER de BBVA y Santander es inferior al 7%, al igual que ocurre con otras europeas como BNP Paribas o Deutsche Bank.
¿Fin de los problemas en EEUU?
Para la primera potencia mundial 2010 ha sido el inicio de una recuperación en la que los grandes bancos han conseguido un respiro en una crisis que comenzó precisamente en el seno de este sector. Algunas entidades han acumulado un saldo positivo en su cuenta de resultados de 2010, frente a las pérdidas que sufrieron un año antes.
A la espera de que publiquen sus beneficios anuales, se prevé que entidades como Citigroup o Bank of America hayan logrado cerrar el ejercicio en positivo. En 2011 no recuperarán los niveles de beneficio de los años precedentes a la crisis, pero en 2010 la primera habría logrado superar los 11.500 millones de dólares de ganancias (frente a las pérdidas de más de 9.000 millones de dólares) y la segunda podría haber ganado unos 1.900 millones. Otros de los mayores bancos por su valor en bolsa conseguirán una importante recuperación de su beneficio neto. Es el caso de Wells Fargo y JP Morgan, que lograrán aumentos de entre el 20 y el 45 por ciento hasta 2011.
También en los mercados estadounidenses se han conseguido importantes revalorizaciones. El viernes, Wall Street cerró el ejercicio con ganancias anuales en sus principales índices. Avances que alcanzaron, por ejemplo, el 42 por ciento en el caso de Citi. Entre las grandes entidades del país, sólo Bank of America acumuló pérdidas en 2010.
Pese a este relativo buen cierre de año, desde IG Markets consideran que "EEUU intentó quitar protagonismo a los buenos resultados de los tests de estrés en Europa para que las miradas no se fijaran en sus problemas y siguieran puestas en los nuestros". El equipo de análisis de la entidad opina que en 2011 la situación podría darse la vuelta y que los problemas que mantienen sus entidades podrían recobrar el protagonismo perdido.