Los títulos a 12 meses se encarecen un 46% en un mes, hasta el 3,45%, el interés más alto desde 2008. El creciente rendimiento de la deuda amenaza con dificultar aún más la financiación bancaria
La traducción al castellano vendría a ser efecto desplazamiento o efecto expulsión. En inglés responde al concepto crowding-out. Y consiste en el perjuicio que los altos intereses que se ve obligado a pagar un Estado para atraer inversores y financiar su déficit provocan en el sector privado, al que no le queda otro remedio que entrar al trapo y elevar a su vez los inte-reses para conseguir dinero... o retirarse del mercado y quedarse sin esos recursos. Se ve, por tanto, desplazado o expulsado por el sector público.
Pues bien, esto es, precisamente esto, lo que comienza a ocurrir de forma cada vez más clara en España como consecuencia del incesante incremento de los rendimientos que está pagando el Tesoro en cada emisión. Ayer, subastó letras a 12 meses con un rendimiento medio del 3,45%. ¿Qué tiene de especial este interés? Primero, que superó en un 46% el desembolsado en noviembre; segundo, que fue el más alto desde septiembre de 2008; tercero, que cuadruplicó el 0,83% al que se adjudicaron en enero de este mismo año; y cuarto, que supera con creces el interés medio que ofrecen las entidades por los depósitos, que según los últimos datos del Banco de España, se encuentra en el 2,75%. Sólo los mejores productos de las entidades, que ofrecen premios superiores al 4%, baten ahora ese rendimiento -ver gráfico-.
Captación más cara
La competencia procedente de la deuda pública supone una mala nueva para el sector bancario, que puede verse obligado a incrementar el interés de sus depósitos para captar pasivo. O lo que es lo mismo, una vuelta de tuerca adicional a la guerra de los depósitos vista ya en 2010 y que amenaza con complicar aún más la financiación bancaria y agrietar las cuentas de resultados en 2011. "El incremento del coste del pasivo está afectando de forma muy negativa al margen financiero del sector y podría incluso desembocar en que algunas entidades medianas sufrieran pérdidas en 2011", advierte un experto de un banco de inversión extranjero con presencia en España.
Objetivo cumplido
El Tesoro también buscó ayer financiación en los mercados con la adjudicación de letras a 18 meses, cuyo coste se disparó un 40% en un mes, hasta una rentabilidad media del 3,72%.
Al organismo emisor le quedó el consuelo de que cumplió su objetivo de financiación, consistente en captar entre 2.000 y 3.000 millones de euros con la subasta de ambos títulos. Consiguió 2.513 millones, 1.990 procedentes los títulos a un año y otros 523 de las letras a 18 meses. En cuanto a la demanda, se situó en 6.816,5 millones de euros, con lo que superó la cantidad colocada en 2,7 veces. Las cifras de la oferta y la demanda fueron muy distintas a las de noviembre porque el Tesoro redujo sus metas para esta subasta. En noviembre, logró 4.975 millones y las peticiones ascendieron a 11.655 millones.
Los bonos superan el 5,5%
El encarecimiento de la emisión de letras respondió, una vez más, a la desconfianza que sigue latiendo en torno a la deuda de los países periféricos. Esta realidad también provocó ayer que el rendimiento de los bonos españoles a 10 años llegara a repuntar hasta el 5,54%, con lo que se acercó al 5,67% al que escaló a finales de noviembre y que representa su nivel más alto desde el año 2000.
A su vez, el aumento de la rentabilidad impulsó de nuevo a la prima de riesgo. El interés adicional que exige el mercado a los bonos españoles sobre los títulos alemanes a 10 años subió de los 247 a los 249 puntos básicos -ó 2,49 puntos porcentuales-. En cambio, el seguro para cubrirse del posible impago de la deuda (CDS) se tomó un respiro y se moderó de los 331 a los 324 puntos básicos.
Si estos niveles ya pesaron sobre la emisión de ayer, su sombra también amenaza la que el Tesoro realizará mañana, jornada en la que intentará captar entre 2.000 y 3.000 millones con el lanzamiento de obligaciones a 10 y 15 años. Teniendo presente la evolución registrada por los rendimientos en el mercado secundario, el coste con respecto a las últimas colocaciones podría crecer entre un 20 y un 30%.