Bolsa, mercados y cotizaciones

Del 'QE2' a la 'CE2': relato de un noviembre loco

Hoy acaba un mes de los más extraños que se recuerdan en los mercados financieros. Arrancó con el nuevo estímulo monetario (QE2) enviado por la Reserva Federal (Fed) estadounidense, una medida que auguraba un desplome del dólar, y termina con la segunda fase de la crisis del euro (CE2), reflejada en el rescate de Irlanda, el incremento de la tensión en torno a Portugal y España y la súbita recaída del euro.

Parece que fue hace un siglo. Pero no. Ha ocurrido este mes. Porque fue el 3 de noviembre cuando el presidente de la Fed, Ben Bernanke, decidió regar la alicaída economía norteamericana con 600.000 millones de dólares adicionales, un estímulo bautizado como QE2 por la continuación del quantitave easing o expansión cuantitativa emprendida en 2009. El objetivo, confesado por la institución, consistía en reforzar el crecimiento y evitar la deflación o caída de los precios.

Una vez anunciada la medida, el mercado hizo sus pronósticos: el dólar seguiría cayendo y los activos con riesgo recibían un chute extra para continuar subiendo. Y así fue en un principio. La divisa estadounidense llegó a depreciarse hasta los 1,428 dólares el 4 de noviembre, su cambio más bajo contra el euro desde enero. En las jornadas posteriores el oro marcó un nuevo máximo histórico en los 1.424 dólares y el petróleo rozó los 90 dólares, su cotización más alta desde 2008. Como remate, el Dow Jones escaló hasta los 11.145 puntos, con lo que regresó a los niveles previos a la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008.

El retorno de la 'eurotensión'

Todo, por tanto, según lo previsto. Hasta que, toc, toc, la crisis de la deuda soberana llamó a la puerta de los mercados y reivindicó el protagonismo que ya había adquirido durante la primera mitad del año. La segunda fase de la crisis del euro (CE2) ha tenido, esta vez, a Irlanda como principal protagonista y a Portugal y España como secundarios de excepción.

Y el retorno de la tensión de la deuda ha modificado el panorama por completo. El dólar, que estaba condenado a bajar, va a cerrar el mes con una apreciación del 6,6% contra el euro y ya se cambia a 1,303 dólares. Y los activos con riesgo han pisado el freno. El oro cotiza a 1.370 dólares y el petróleo, a 87 dólares. También ha reculado el Dow, que en todo caso se mantiene por encima de los 11.000 puntos.

Aunque las mayores consecuencias se han observado en la deuda y las bolsas de los denominados países periféricos. Y como muestra, lo ocurrido en España. Durante el último mes, el Ibex 35 ha perdido casi un 14%, comportamiento que contrastar con la subida del 2% acumulada por el Dax alemán. Es más, el índice español va a ser el más penalizado del mes en el Viejo Continente. Además, la masiva oleada de ventas ha provocado que la rentabilidad de los bonos españoles a 10 años haya pasado del 4,2 al 5,5 por ciento, el nivel más alto desde 2002.

En este sentido, las dudas de la deuda pública se han trasladado, incluso, a EEUU. Durante noviembre, el rendimiento de la deuda norteamericana a 10 años ha repuntado del 2,6 al 2,78%, una reacción que arruina una de los impactos pretendidos por Bernanke con el QE2, consistente en mantener bajos los tipos de interés del mercado.

Todo en un mes loco, el de noviembre de 2010, que constata que segundas partes nunca fueron buenas. Ni para el alivio cuantitativo de la Fed ni para la crisis del euro.

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