Los productos que invierten en renta fija de EEUU acumulan ya ganancias del 20%. Con el rendimiento de los bonos en mínimos, la mayoría de expertos recomienda vender. Aunque Bolságora aconseja aumentar las posiciones en bolsa, tal como puede ver en el Ecotrader, los inversores aversos al riesgo tendrán que buscar otras alterativas. ¿Tal vez los nuevos depósitos de alta rentabilidad? Claro que tienen sus desventajas fiscales.
No son productos de riesgo y por ello están llamados a obtener rentabilidades positivas, pero nunca estridentes. Claro, que todo puede cambiar. Y, desde luego que así ha sido. Se trata de los fondos de deuda pública. Y la culpa de que ahora registren rentabilidades nunca vistas, al menos no en los últimos diez años, la tienen las dudas que se han generado sobre la sostenibilidad económica.
Según los datos de Morningstar, los productos de renta fija pública de EEUU ganan hasta agosto un 19,82 por ciento,la mayor cifra de los últimos diez años. Lo mismo sucede con los fondos de renta fija gubernamenal de la zona euro. Rebotan un 4,67 por ciento hasta agosto, registrando así la mayor cifra en este periodo de la última década.
Se podría pensar que, en el caso de los fondos de deuda pública, esta espectacular rentabilidad en un activo que históricamente no entraña ningún riesgo se debe a la apreciación del dólar ( en 2010 se revaloriza un 11 por ciento frente al euro). De hecho, la última vez que registró rentabilidades de dos dígitos de enero a agosto fue en 2005, cuando el dólar subió un 12 por ciento en su cruce contra el euro en un contexto de subida de tipos en EEUU y no en la zona euro.
En este caso, sin embargo, aunque tiene que ver, no es lo único que explica tremendas ganancias. El miedo a que la deflación se contagie a la mayor economía del mundo ha llevado a los inversores a acudir a los bonos de EEUU como refugio, lo que ha disparado su precio y ha hecho caer estrepitosamente su rentabilidad. Sólo en 2010, el rendimiento de la deuda pública a diez años norteamericana ha tocado mínimos desde enero de 2009.
Mucho más es lo que han caído las rentabilidades de algunos bonos europeos. El miedo a un impago de los países denominados PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España) llevó a las rentabilidades de sus bonos a marcar récord históricos al alza y a los de los países más seguros a obtener récords de rentabilidad a la baja. Así, el rendimiento del bono alemán a diez años marcó mínimos históricos en el 2,11 por ciento. Lo mismo sucede con el francés, que con el 2,46 por ciento ha registrado también mínimos.
¿Hay que recoger beneficios?
No hay experto que no defienda que la clave para ganar con una inversión es comprar un activo cuando su precio es bajo y venederlo cuando está alto. Por esta regla de tres ahora tocaría recoger beneficios en los fondos de deuda pública. Al menos en aquellos que inviertan en bonos con rentabilidades en mínimos. De hecho, el rally de la bolsa en la última semana llevó a los bonos a registrar su primera semana de rentabilidad alza tras seis a la baja.
Pero antes hay que analizar si sus altos precios tienen fundamentamento. Y eso depende de lo que se espere de la economía. "Desde el punto de vista macro, vendrá determinado por si las bolsas se decantan por un escenario deflacionista o de crecimiento moderado. En el primer caso, el recorrido es muy amplio, en el segundo caso el recorrido es mucho menor", afirma Ricardo Sáchez Seco, analista de fondos de Gestiohna.
Aunque el mercado aún coquetea con las dos ideas, la de deflación y la de ralentización económica, los resultados empresariales, los últimos datos macro, el comportamiento de las materias primas y, sobre todo, las declaraciones de los banqueros centrales e incluso del presidente de EEUU, Barack Obama, apuntan a que no se dejará que EEUU contraiga una deflación.
"Aún se puede jugar algo en EEUU por duración o por divisa pero los bonos alemanes no tienen valor aunque en la zona euro si hay países en los que se puede rascar rentabilidad, como en España", afirma Javier Ruiz Villabrille, director en España de la gestora Dexia. No así por la parte de rentabilidad de la deuda. De hecho, desde Royal Bank of Scotland afirman que habrá una corrección a corto plazo y que los inversores "deben esperar a que la rentabilidad del bono de EEUU vuelva al 2,87 por ciento antes de volver a entrar".
Mientras tanto, las recomendaciones de los expertos son recoger beneficios o al menos una parte de ellos. A este respecto cabe recordar que el inversor que traspase su ganancia a otro fondo en lugar de consolidar, no tendrá que pagar un peaje a Hacienda. Si ésta es la decisión, los gestores dan tres opciones: bonos emergentes, bonos corpotrativos de alta calidad o, si se quiere deuda pública, países que se hayan visto castigados últimamente.