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Debate clave dentro de la Fed: ¿Sube o baja la inflación?

Ben S. Bernanke, presidente de la Reserva Federal. Foto: archivo.

La inflación se está convirtiendo en el gran debate en el seno de la Reserva Federal, en un momento en el que la institución ha inundado el mercado de dinero y los tipos siguen en cero. Así, mientras unos ven que los precios presentan síntomas de que van a dispararse, otros piensan todo lo contrario: amenazan con decelerarse más todavía.

Referentes de esta última tendencia serían el presidente de la Reserva Federal de Nueva York, William Dudley, y la presidente de la Reserva Federal de San Francisco y probable nueva vicepresidenta de la Fed, Jant Yellen, que siguen viendo en la débil inflación un síntoma de los problemas de la economía y de la necesidad de la institución de seguir estimulandola, según un análisis del diario The Wall Street Journal.

Otros, liderados por el presidente de la Fed de Philadelphia Chrales Plosser, argumentan que las actuales cifras de inflación están distorsionadas por el desplome de los costes de la vivienda, que enmascaran un incremento de las presiones inflacionistas.

El debate cobra importancia ya que la Fed está planeando actualmente la denominada estrategia de salida, esto es, la retirada de las medidas extraordinarias que tomó a consecuencia de la crisis, una vez que parece que la economía, que ya crece y crea empleo, da muestras de recuperación.

La visión que tome la institución sobre la inflación será clave para determinar la velocidad a la que comience a subir los tipos, que afectan a toda la economía, desde a los tipos hipotecarios a los costes empresariales o los mercados de valores. También será importante para decidir cómo y cuándo comienza a drenar las ingentes sumas de dinero que ha inyectado en la economía estadounidense.

En el conjunto de 2008, los precios al consumo cayeron por primera vez en medio siglo, pero desde entonces rebotaron una vez que los precios de la energía se estabilizaron. En los últimos 12 meses, han vuelto a subir un 2,1%, pero excluyendo alimentos y energía la inflación se está desacelerando. En febrero, este indicador mostró una subida del 1,3% interanual, el menor incremento en 6 años.

Los argumentos a favor de una caída

"Cuando el desempleo está tan alto, los salarios y los ingresos tienden a subir despacio, y los productores y distribuidores lo tienen difícil para subir precios", comentó Yellen en un discurso la semana pasada. "Esta es la situación en la estamos hoy en día, y como resultado de ella, las presiones inflacionistas subyacentes son ya muy bajas y tendiendo más a la baja".

William Dudley, por su parte, también se expresó en términos similares hace unos días. "El sustancial exceso de capacidad que existe hoy probablemente se absorberá gradualmente. Consecuentemente, la inflación, al menos a corto plazo, permanecerá muy baja".

En este bando, el miedo es que los tipos de interés reales, es decir, descontando la inflación, podrían seguir subiendo incluso si la Fed no hiciera nada, lo que frenaría la recuperación económica.

Las expectativas de inflación

En el bando opuesto creen que la combinación de tipos bajos y el billón de dólares que ha inyectado la Fed es una fórmula perfecta para provocar inflación. "Mientras la economía y el crédito mejoran, el desafío a largo plazo al que nos enfrentamos no es la preocupación por una inflación demasiado baja", explicó Plosser al Journal en una entrevista. "El riesgo es realmente un aumento de la inflación en los próximos dos o tres años".

Esta corriente teme que tanto los consumidores como las empresas anticipen una subida de la inflación y actúen de manera consecuente. Thomas Hoenig, presidente de la Reserva Federal de Kansas, defendió en la última reunión de la Fed que debían subir los tipos pronto "para reducir los riesgos de un incremento de las expectativas de inflación a largo plazo".

Plosser, por su parte, argumentó que la actual caída de la inflación es un espejismo, influenciado enormemente por el desplome de los costes de la vivienda, que pesan mucho. De hecho, descontando estos precios, los precios subieron un 3,4% interanual en febrero, en parte gracias al incremento de la energía.

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