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Ni siquiera los bancos colocadores que sacaron la compañía a bolsa en 2006 siguen hoy el título. La auditoría y la ampliación de capital estrangularon al valor con órdenes de venta
¿Qué puede suceder con un valor que desde su estreno en bolsa en mayo del año pasado llegó a subir un 1.034 por ciento sin que ningún banco de inversión siguiera su evolución o hiciera ninguna recomendación sobre si se deben comprar sus títulos? La respuesta parece obvia: es el fruto de una clara burbuja. Éste es el caso de la inmobiliaria valenciana Astroc <:AST.MC:>, que en la sesión de ayer se derrumbó un 42,9 por ciento, a 25,98 euros.
Las órdenes de venta estrangularon el valor, que estuvo sin poder cotizar durante siete horas, intentando ajustar su precio sin conseguirlo, para retornar a la negociación a las cinco de la tarde, con pánico entre sus inversores. Y lo peor de todo es que las explicaciones brillaban por su ausencia. ¿Quién podía darlas si nadie sigue la evolución de la empresa? Los responsables de análisis de Caja Madrid y Ibersecurities, Víctor Peiró y Nicolás Fernández, entidades que junto a Riva y García participaron en la colocación en bolsa en 2006 a un precio de 6,4 euros, reconocían que desde que se disparó incomprensiblemente el título no tenía interés seguir su evolución.
Ante la oleada vendedora de ayer, el presidente de la compañía valenciana, Enrique Bañuelos, mandó un mensaje de tranquilidad a través de un comunicado enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en el que reiteraba su confianza y su apuesta total por el proyecto de Astroc. Este mensaje no fue suficiente para frenar la caída de la compañía.
Una espiral de desconfianza
¿Pero qué otros factores, además del desinterés de los inversores profesionales en el título, han influido en este descenso vertiginoso de la cotización? Hay varias lecturas. Una de ellas es la venta de tres sedes de la Fundación de Astroc a la sociedad de inversión de Bañuelos (CV Capital). Una operación que aportó plusvalías a Astroc y, por consiguiente, impulsó el beneficio de la inmobiliaria en 2006, tal y como aparece en la auditoría de la empresa y adelantó ayer Cinco Días. Esta información pudo inducir a pensar al inversor que el resultado de la compañía, que creció un 51 por ciento, se debe sólo a extraordinarios y que no hay una base de negocio sólida detrás de Astroc.
La inmobiliaria aseguró que la revelación de esta información no fue la causante de la caída. De hecho, recordó que a lo largo del año pasado vendió activos no estratégicos, como los inmuebles de Landscape, la inmobiliaria que compró el pasado mes octubre. Además, reiteró que la compañía ha cumplido sus compromisos adquiridos con el mercado desde que salió a bolsa en mayo de 2006.
El caso es que la auditoría ha confirmado uno de los rumores que circulaban en mercado. Y es que Bañuelos traspasa activos entre sus sociedades para mejorar sus resultados. De hecho, en ese informe la compañía señala que es "su intención continuar prestando el apoyo financiero necesario a las sociedades participadas con pérdidas al objeto de que puedan continuar sus operaciones hasta alcanzar resultados positivos".
Otro de los factores que pueden haber influido en este descalabro bursátil de Astroc es la futura ampliación de capital que va a llevar a cabo la compañía por valor de 2.000 millones de euros. Con ese dinero la empresa quiere convertirse en una de las grandes compañías inmobiliarias dando el salto a América. Es decir, su objetivo es realizar adquisiciones en Brasil y Estados Unidos, principalmente.
El problema que subrayan distintos expertos de mercado es que lo que pretende hacer Astroc es solicitar al parqué esta cantidad con el soporte de lo que valen sus títulos en bolsa. Esto es, quien acuda a la ampliación de capital lo hace avalando el precio de Astroc en bolsa, y éste no parece bastante fiable.
Lo curioso es que sólo ayer, con los títulos de Astroc dejándose en la sesión 2.360 millones de euros, algunos inversores se sorprendían por la descorrelación que se produjo en bolsa el pasado año entre el título y los beneficios. Mientras los resultados de la compañía incrementaron en 2006 un 51 por ciento, la inmobiliaria subió en bolsa un 520 por ciento.