
El rally que comenzó en marzo ha sido tan espectacular precisamente porque apenas ha habido correcciones. Cada vez que el mercado se topaba con una resistencia y bajaba un par de días, el dinero entraba con fuerza y dejaba con un palmo de narices a la multitud de analistas que pronosticaban una corrección o directamente el fin del rally y la vuelta de la tendencia bajista. Así que, a priori, ahora podría pasar lo mismo, y lo ocurrido entre el viernes y ayer podría ser perfectamente la antesala de una fuerte subida.
Pero dicho esto, ahora hay argumentos bastante más sólidos que en anteriores ocasiones para que, esta vez sí, veamos una corrección de verdad. La continua debilidad del consumo y otras señales que cuestionan la fortaleza de la recuperación económica han convencido a muchos profesionales de que ha comenzado una caída de al menos un 10%, y la única cuestión es cuál será ese porcentaje y cuánto durará. Pero, además de la cuestión del consumo (sin el cual no hay recuperación que valga), hay otras cuatro razones importantes para una corrección, según Jeff Cox, de CNBC.
1. La resaca de los resultados empresariales: es innegable que la temporada de resultados trimestrales ha sido extraordinariamente buena, con una superación récord de las previsiones de Wall Street, lo cual justifica la subida del 50% de la bolsa desde marzo. Pero ahora que se apaga la fiesta, la resaca puede tener el efecto contrario. Dave Lutz, analista de Stifel Nicolaus, considera que los resultados han sido buenos porque las empresas han recortado costes radicalmente, no porque haya habido un crecimiento del negocio. Y eso es un efecto temporal (one-off), que incluso tendrá una traslación positiva en la actividad industrial y en el PIB, pero que no es sostenible en el tiempo. Si esto es así, estaríamos ante una recuperación en forma de 'W', el llamado 'doble suelo', que cada vez gana más adeptos en Wall Street.
2. La caída de China: la teoría hasta ahora era que China iba a ser el motor que sacara al mundo de la recesión porque los consumidores chinos iban a empezar a demandar productos de otros países. Pero la propia bolsa china parece descartar esa opción con una caída del 18% en las dos últimas semanas. "El mercado chino ha liderado al resto del mundo durante la tendencia bajista y la recuperación posterior, así que podría ser el canario en la mina de carbón que indica una fuerte caída en las bolsas mundiales", según la analista técnica de Merrill Lynch Maryann Bartels.
3. Las ventas de los insiders: de vuelta a EEUU, otro elemento que favorece la corrección son las ventas de los insiders de las empresas, es decir, consejeros y altos directivos. Según Lutz, han estado vendiendo a una tasa de 28 veces las compras en el último mes. "Los ejecutivos -que se supone que tienen más información- están vendiendo a la multitud, y uno no quiere invertir con la multitud", sentencia este analista.
4. Cuidado con la falta de compradores: como hemos dicho más arriba, el gran problema de la economía -en la raíz de la caída del mercado- es la debilidad del consumo, porque es inimaginable una recuperación en condiciones sin un cambio en esta variable. Y es probable que continúe la escasez de compradores. Con el desempleo en continuo aumento y la incertidumbre sobre el horizonte, es de esperar que las tasas de ahorro se disparen, lo que forzará a las empresas a seguir recortando costes para mantener sus beneficios, lo que significa más desempleo y vuelta a empezar. A esto hay que añadir una crisis financiera sin resolver, la pérdida de riqueza y la caída del valor de la vivienda, recuerda David Kotok, presidente de Cumberland Advisors. Los analistas recuerdan que el rally de la bolsa se ha basado en el ingente gasto público, no en el privado, lo que hace muy precaria la recuperación.
Si estas razones no le convencen de que esta vez la corrección va en serio, tal vez lo haga saber que Value Line, uno de los newsletters de inversión más rentables de la historia, ha reducido su exposición a la renta variable a un rango entre el 60% y el 70%. Esto es muy relevante porque esta firma -que se basa en una filosofía de inversión 'value'- nunca ha reducido su exposición por debajo del 50%; y la última vez que estuvo por debajo de los niveles actuales fue en octubre de 2000, a los pocos meses de comenzar el terrible mercado bajista 2000-20002. Su argumento no es que se vaya a deteriorar la economía, sino que las valoraciones que ha alcanzado el mercado son tan exigentes que es muy vulnerable a cualquier cosa que salga mal.