'Es un momento muy especial. Primero trato de conectar con la música y ser el puente entre la música que ya existe y el piano, y después traer esta música de nuevo a la realidad', dijo Lang, de 26 años, a Reuters.
LONDRES, 17 abr (Reuters) - El virtuoso pianista chino Lang Lang dice que trae la música de vuelta a la vida. Y sus patrocinadores ayudan a que sus representaciones lleguen a una audiencia más joven y entendida.
'Cada vez que interpretas una pieza es como traer vida, una nueva vida, y cuando la última nota acaba ésta desaparece'.
Tener un par de zapatillas Adidas con su nombre y coches Audi que le llevan a todas partes no es vender para Lang, sino una forma de mantener a Mozart y Chopin en el ojo público.
'Es una forma de vida muy cara... por lo que cuando una marca como, por ejemplo, Adidas o Mont Blanc desean trabajar con músicos clásicos, y no sólo con grandes estrellas deportivas o actores y actrices de Hollywood, creo que es algo muy bueno', dijo.
Lang, quizá el mejor joven pianista conocido hoy en la escena internacional - que ha alcanzado fama y riqueza en poco tiempo - y arrastra multitudes donde quiera que va, se encuentra en Londres para un maratón de 12 días patrocinado por el grupo financiero suizo UBS.
Además de trabajar con la Orquesta Sinfónica de Londres y la Escuela Guildhall, Lang supervisará a un centenar de pianistas de la escuela primaria en un taller, dará una clase magistral para pianistas avanzados y ofrecerá dos conciertos, uno de ellos la muy difícil Segunda de Bartok.
La ascensión de Lang, que comenzó a tocar el piano con dos años y decidió que la música clásica era divertida cuando escuchó la Rapsodia Húngará Nº 2 de Liszt en unos dibujos animados de Tom & Jerry y ejecutó un virtuoso concierto de Chopin con 13 años, tiene trazos de leyenda.
Sus tensas relaciones con su padre, quizá la más dominante en el mundo de la música desde que Leopoldo Mozart convirtiera a su hijo Wolfgang en un 'mono de feria' para la realeza, son muy conocidas.
En su libro 'Journey of a Thousand Miles' (Un viaje de miles de kilómetros), Lang se refiere a cómo su padre, airado por un retraso de su hijo a un ensayo de piano, le abofeteó
Gritándole 'no hay motivos para que vivas', intentó forzar al joven a cometer suicidio al tragarse una caja de 'fuertes antibióticos' y saltar desde un balcón.
Estos días el padre o la madre de Lang le acompañan en las giras de una a otra capital del mundo, dejando muy atrás los días en los que la madre trabajaba como telefonista en su ciudad natal de Shenyang para costear al estancia de Lang y su padre, ex policía, en Pekín, donde Lang acudía al conservatorio de música.
Cuando Lang no está dando concierto de piano de Chopin con Zubin Mehta dirigiendo la Filarmónica de Viena, está ofreciendo algún en Nueva York - de nuevo con Mehta - o ejecutando cualquier otro repertorio por todo el mundo.
'Lo más importante para uno mismo es centrarte en la música y dar lo mejor, la más sincera interpretación que uno pueda imaginar', dijo Lang, cuya fulgurante carrera parece que no ha hecho más que empezar.
(Información de Michael Roddy; Traducido por Itziar Reinlein en la Redacción de Madrid; Reuters Messaging: itziar.pañeda.reuters.com@thomsonreuters.net + 34 915858341; itziar.pañeda@thomsonreuters.com)
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