Bolsa, mercados y cotizaciones

Los inversores se reparten entre el pánico y la capitulación a la hora de valorar el mercado

¿Cuántas veces ha oído que el mercado no atiende a razones lógicas? ¿Cuántas veces su analista le ha recomendado invertir cuando la bolsa baja y ha hecho justo lo contrario? Seguro que no las podría contar con los dedos de una mano. Y es que si hay algo en el mundo que es completamente irracional, eso es el sentimiento del inversor, es decir, la opinión que tienen los inversores con respecto al devenir de las bolsas.

De momento, no auguran nada bueno al menos en lo que a la renta variable se refiere. Según la encuesta realizada por elEconomista.es, el 21,53% de los 863 inversores que han participado ha respondido "pánico" a la pregunta ¿en qué fase del mercado estamos?; el 18,79% ha contestado "miedo" y el 18,56% ha dicho que estamos en una fase de "capitulación". El optimismo con respecto a la evolución de la bolsa brilla por su ausencia, ya que sólo reconocen tener algo de esperanza el 10,88%.

Así ha mutado su ánimo en sólo ocho meses

Fuente: elaboración propia. Ilustraciones: Malagón.

Cuando en junio de 2008 se les planteó a los lectores de elEconomista, a través de la página web del periódico, la pregunta "¿En qué fase del mercado estamos ahora?", los más de 1.200 usuarios que participaron lo tuvieron claro. El 27,1 % de ellos opinó que el miedo dominaba en ese momento el parqué, mientras que el 15,4% pensaba que ese temor estaba dejando paso a la desesperación.

Sin embargo, ocho meses después, el susto y la desesperación han dejado paso a algo peor: el pánico y la capitulación. Es decir, que según los agentes del mercado, la renta variable puede star tocando fondo.

A la vista está el nivel del Ibex 35, que ha vuelto a valores de 2003. Sin embargo, también se puede hacer una lectura positiva de este hecho. Según la firma de inversiones Fidelity, después del desaliento se suele producir una especie de transición hacia la esperanza, que es la que posteriormente lleva a los inversores en renta variable a mostrar cierto alivio, que termina convirtiéndose en optimismo.

Y en ese tramo, entre el desaliento y el optimismo, donde surgen las máximas oportunidades financieras, según la firma.

La gestión 'irracional'

Lo más llamativo de todo es que precisamente de este sentimiento inversor, sea o no equivocado, depende el comportamiento de los mercados: si el accionista cree que la bolsa va a caer y empieza a vender títulos, caerá, por muchas buenas recomendaciones que presente un valor.

Los gestores, cansados ya de aconsejar inversiones lógicas, basadas en análisis técnicos y fundamentales, han optado por hacer caso a las a veces irracionales opiniones de los partícipes e invertir en consecuencia. Es lo que se conoce como Behavior Finance (psicología financiera).

Algunas de las gestoras que han desarrollado este modelo son JP Morgan y Deka Investments. Esta última creó en 2001 una serie de índices bajo la marca Sintex que miden el sentimiento del inversor con respecto a varios parámetros: su perspectiva sobre los distintos mercados, sectores de inversión concretos, títulos de renta fija o sobre el mercado de materias primas, basándose en las noticias que genera el mercado, precios y tendencias de los mismos y en las entradas y salidas de capital que se producen en los fondos de inversión.

Sensación poco alentadora

En la actualidad, la sensación que muestran estos medidores del mercado es de todo menos alentadora. Si se utilizara el lenguaje bursátil para definir el estado de ánimo del accionista se podría decir que los inversores cotizan planos. Por ejemplo, el barómetro de Sintex que mide la aversión al riesgo no ha variado desde diciembre de 2008 y cotiza en -56,50 puntos (la media es de 50). Este índice alcanzó un máximo histórico (a mayor riesgo, mayores puntos negativos) de miedo al riesgo en el mes de octubre de 2008 (mes que se caracterizó por una avalancha de crash bursátiles).

De septiembre a octubre, el índice subió de 47 puntos a 59,50 puntos, un 26,50%, convirtiendo este periodo en el más temido desde la creación del índice en 2001, al menos en lo que respecta a los inversores particulares. Todo lo contrario sucede con la sensaciones de los inversores institucionales, cuya aversión al riesgo ha disminuido hasta los 50 puntos desde los 60 que registraba en diciembre.

Pero estos índices no sólo los utilizan los gestores o brokers para diseñar sus carteras. También los inversores particulares pueden acceder a ellos a través de fondos de inversión. Por ejemplo, Deka comercializa tres productos que basan su cartera en el behavior financial, todos ellos de renta fija. Destaca uno en particular: Deka Euro RentenTrend. Este fondo invierte en deuda pública alemana de distintos plazos a través de futuros, por lo que puede ponerse a corto, si el mercado está negativo, o a largo, si el inversor es positivo con respecto a estos activos de renta fija.

En la actualidad, asegura el gestor, "los inversores siguen excépticos con respecto a una recuperación del mercado de bonos, por lo que mantenemos la duración media de la cartera en seis meses".

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