Bolsa, mercados y cotizaciones

No hay que forzar a los bancos a dar créditos fallidos... otra vez

Al contrario de lo que se dice, el crédito está creciendo, pero también los requisitos. Hay una creencia generalizada en que los bancos son reticentes a prestar todo lo que deberían y que el Gobierno debería presionarles para que concedan más crédito a los consumidores y las empresas. ¿Estamos hablando de España? Podría ser, puesto que estos argumentos protagonizaron el encuentro de ayer entre Zapatero y el sector, pero en realidad se trata de EEUU. Como ven, las crisis financieras de ambos países son más parecidas de lo que a muchos les gustaría.

En realidad, mientras que el crédito en España se desplomó en 2008, el conjunto de los bancos norteamericanos aumentó el crédito el año pasado. Sólo que allí los bancos suponen sólo el 22% del crédito a la economía, puesto que las titulizaciones de activos y los fondos monetarios (la "banca en la sombra") suponen el 33% y el resto proviene de aseguradoras, intermediarios financieros, empresas no financieras y entidades extranjeras.

Según datos de la Fed, los préstamos de la banca comercial crecieron el 2,36% en el último trimestre del año, y el 5,63% en el conjunto del ejercicio, pese a que la economía entró en recesión. La mayor subida, del 10,6%, se dio en el crédito a empresas, seguida por el 9% que creció el crédito al consumo. Asimismo, durante los tres primeros trimestres de 2008, el crédito total a la economía se incrementó el 3,8% gracias en buena medida a los prestamistas extranjeros.

A pesar de estos datos, el Tesoro ha perdido que las 20 mayores entidades receptoras de capital público empiecen a suministrar informes mensuales detallados sobre su actividad de crédito e inversión. Lo cual puede conducir a una obligación de prestar impuesta por el Gobierno, algo que el asesor financiero Bert Ely considera un error.

En primer lugar, porque la caída de la bolsa y del precio de la vivienda ha provocado que millones de familias se sientan más pobres y empiecen a ahorrar más que en los últimos años. Y también ha impulsado a muchos -en especial los que se acercan a la jubilación- a amortizar su deuda. Ninguna de estas familias necesita más crédito. De forma más amplia, muchos de los clientes más solventes ni necesitan ni quieren tomar prestado en estos momentos: la demanda de crédito ha disminuido "porque la gente gasta menos, viaja menos y mira mucho su dinero", como ha reconocido el CEO de U.S. Bancorp.

Desde el lado de la oferta, los bancos han endurecido los requisitos del crédito, corrigiendo la excesiva laxitud que ha conducido al terremoto financiero actual. Se han acabado las hipotecas a tipo casi cero, y también los créditos a empresas sin garantía. También han reducido los límites de las tarjetas de crédito y la cantidad de dinero que ofrecen con respaldo hipotecario por la caída del precio de la vivienda.

El comportamiento de prestamistas y prestatarios supone el inicio del desapalancamiento necesario, a juicio de muchos expertos, para solucionar la crisis actual. Los analistas de banca critican los préstamos laxos y piden un endurecimiento de los requisitos, un mensaje totalmente opuesto al de los políticos. Por otro lado, este endurecimiento refleja el colapso de la titulización de créditos, colapso que trata de solucionar el plan de la Fed para comprar estas titulizaciones (asset-backed securities) y reactivar así el crédito, como les contamos el viernes en esta sección.

El necesario desapalancamiento

Más allá de estas medidas, a estas alturas todo el mundo coincide en que la principal causa de la crisis es una burbuja inmobiliaria alimentada por un exceso de crédito. Y cada vez más voces señalan que no tiene sentido curar la enfermedad del exceso de crédito con... más crédito. Es más, Ely califica de sorprendente que el crédito creciera el año pasado cuando se mantuvo plano en la anterior recesión, la de 2001.

Cuando planteamos aquí la opción del banco malo como solución radical a la crisis, citamos a David Roche, que atacaba duramente a los políticos por obcecarse en que la salida de la crisis pasa por una reactivación del crédito, cuando lo que hace falta es todo lo contrario: el famoso desapalancamiento y la vuelta al ahorro. "Y eso no se puede alcanzar sin dolor", sentenciaba. A su juicio, lo que está provocando el desapalancamiento y el agravamiento de la recesión no es la falta de oferta de crédito, sino la de demanda; por tanto, ni siquiera la expansión del crédito que pretenden los políticos servirá para reactivar la economía.

Ely coincide con él: "Los banqueros deberían prestar siempre con prudencia, como están haciendo ahora. Si Washington les obliga a un dar créditos de forma irresponsable, EEUU se meterá en otra crisis de crédito antes incluso de que el desastre actual se haya resuelto".

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky