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El precio del petróleo ya ha tocado suelo y encara un lento ascenso por fundamentales

  • La AIE cree que "puede haber luz al final del túnel" y augura equilibrio de oferta y demanda en 2017

Todo apunta a que el precio del petróleo en los mercados internacionales ha tocado suelo. Así lo afirma la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su informe sobre el mercado petrolero del mes marzo, publicado ayer. La entidad, prudentemente, considera que ?para los precios puede haber luz al final de lo que ha sido un largo, oscuro túnel?, aunque no se atreve a aventurar en qué momento del año que viene ?el mercado del petróleo alcanzará el muy deseado equilibrio?.

La AIE no achaca el cambio de tendencia a las conversaciones que los países productores mantienen con la intención de alcanzar un gran pacto político que recorte el bombeo de crudo. Es más, insiste en que "es bastante incierto que un acuerdo afecte sustancialmente el equilibrio entre oferta y demanda durante la primera mitad de 2016".

Los expertos consultados coinciden con este diagnóstico y son muy escépticos con la posibilidad de que los países exportadores alcancen algún acuerdo. Son más escépticos todavía con la posibilidad de que ese hipotético trato sea respetado. Alguno recuerda con mordacidad que Irán ha tachado el acercamiento entre los dos primeros exportadores del mundo, Rusia y Arabia Saudí, de "muy ridículo".

En cambio, los interlocutores subrayan que si el barril ha pasado de los 28,5 dólares que marcaba a mediados de enero al entorno actual de 40 dólares -un aumento del 40 por ciento en mes y medio- no es porque hayan cambiado los fundamentos del mercado -algo imposible en tan poco tiempo-, sino porque "el petróleo estaba sobrevendido y los brokers han corregido posiciones", en palabras de Álvaro Mazarrasa, director general de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP).

Eso sí, Mazarrasa comparte la creencia de que el paradigma del mercado ha cambiado, tanto por la importancia de las técnicas de extracción no convencionales como por el entorno macroeconómico, con tipos de interés negativos, riesgo de deflación en la UE, debilidad del dólar y crisis en los países emergentes, principales motores de una demanda que se mantiene prácticamente plana en los países ricos.

La AIE también destaca la flojera de la demanda. Ahora se sitúa en 95,8 millones de barriles diarios y crecerá 1,2 millones de barriles diarios durante este 2016, frente a los 1,8 millones de barriles diarios del año pasado. Afinando, la Agencia indica que en EEUU el consumo estará plano este año -y que podría bajar si los precios siguen la tendencia ascendente-, al igual que en China, donde la economía precisará importar un 25 por ciento menos de oro negro. Y si constata un fuerte repunte en algunos países emergentes, como India, Filipinas o Corea del Sur, éste queda compensado por la debilidad en otros, como Brasil.

No obstante, al analizar el conjunto de la situación, la Agencia cree que ya hay buenos fundamentos para esperar la recuperación de la demanda global, aunque aún no sean "sólidos como una roca".

Irán exporta lentamente

En el lado de la oferta, los últimos meses han permitido constatar que la reincorporación de la producción iraní al mercado global va a ir despacio, lastrada por las graves carencias de sus infraestructuras, que requieren fuertes inversiones tras cuatro años de embargo por las aspiraciones nucleares del régimen teocrático: si las autoridades anunciaron a principios de año que reanudaban las exportaciones con 500.000 barriles diarios, la realidad es que en febrero se han quedado en menos de la mitad, 220.000 barriles diarios.

Otros países productores han sufrido interrupciones en sus exportaciones o las han parado. En el primer caso hay tres socios de la OPEP -Irak, Nigeria y los Emiratos Árabes Unidos- y en el segundo caso muchos países ajenos al cártel.

Este es otro de los aspectos que han cambiado y en los que se basan las conclusiones de la AIE: los precios han alcanzado unos niveles tan bajos que han convertido en inviables muchas explotaciones, sobre todo en EEUU, que este año reducirá su producción en más de medio millón de barriles diarios. Sumando esta reducción con la de otros países, como Brasil o Colombia, la AIE augura que la producción de países no integrados en la OPEP disminuirá unos 750.000 barriles diarios; de hecho, durante el pasado mes la bajada ya fue de 600.000 barriles diarios.

Teniendo en cuenta el crudo que todavía está almacenado, tanto en tierra -China hizo acopio el año pasado, llegando a 1,4 millones de barriles diarios en diciembre- como en buques petroleros en el mar, el desequilibrio entre la oferta y la demanda globales se sitúa en niveles similares a los de los meses pasados, 1,9 millones de barriles diarios, pero ya comienza a reducirse y al final del ejercicio debería quedarse en unos 200.000 barriles diarios.

El equilibrio del mercado, por lo tanto, tendría que llegar durante 2017, aunque la AIE no se atreve a pronunciarse sobre el período concreto del ejercicio en que ocurrirá.

A 40 dólares por barril

José Luis Martínez, estratega de Citi en España, comenta que el crudo tiene un suelo técnico en 30 dólares por barril, por debajo del cual no resulta rentable extraerlo. Aunque en Oriente Próximo ese suelo es inferior, de unos 10 dólares por barril, la evolución de la situación le dan la razón en el plano global.

La AIE comenta que los precios de los mercados de futuros están subiendo, hasta un 5 por ciento durante el mes pasado en el caso del Brent, por las expectativas del fin del citado desequilibrio. Martínez se atreve a pronosticar la evolución futura y asevera que "todos comenzamos a asumir que el techo de precios a corto plazo está en 40 dólares por barril. Y a medio plazo en 50 dólares por barril".

Preguntado por la posibilidad de que exista un techo de precios como resultado del crudo extraído por medios no convencionales (ver apoyo), asegura que "no hay estudios exhaustivos que digan que los 50 son el techo en términos de coste de shale".

Precios bajos toda la década

Los expertos coinciden en que los bajos precios del petróleo están sentando las bases de un nuevo ciclo de precios altos, por el retraimiento de la inversión en nuevas explotaciones con las que abastecer la demanda futura, pero la AIE ha llegado a analizar los elementos que tendían que converger para que los precios estuviesen bajos durante toda la década.

Resumidamente, estos factores, de muy difícil concatenación, son los siguientes: la OPEP no contiene su producción, los productores fuera del cártel consiguen resistir los precios bajos, la geopolítica no da sobresaltos, la economía global se estanca y no hay un aumento de demanda, y se reforman las políticas de subsidios al consumo de los productos derivados del petróleo.

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