
La patronal madrileña denuncia pérdidas -de hasta un 70% en el caso de los aparcamientos-, el daño que se le ha hecho a la imagen de la ciudad y la falta de diálogo y la improvisación del Ayuntamiento.
Cada uno cuenta la feria como le ha ido. Este refrán popular define a la perfección lo que está pasando con las restricciones al tráfico en la Gran Vía. Aunque al cierre de esta edición aún no habían terminado las actuaciones -lo hicieron el pasado domingo 8-, el balance que hizo el Ayuntamiento al finalizar las dos primeras fases del Plan Especial de Movilidad para la Navidad es positivo. La delegada de Medio Ambiente y Movilidad Inés Sabanés confirmó que las medidas adoptadas en la zona centro están cumpliendo su principal objetivo: corregir un desajuste en la concepción de la ciudad y su centro. En la actualidad, el 90 por ciento de los vehículos que usan Gran Vía al día lo hacen para atravesar Madrid, ocupando el 70 por ciento del espacio público. Esto implica que la mayoría de los 55.000 vehículos que discurren cada jornada por esta arteria no lo hacen con origen o destino en la zona, cuando la vía de circunvalación Calle 30 tiene capacidad probada para absorber este tráfico, aceptando una intensidad de 150.000 vehículos/día en estas fechas. Por el contrario, más de 200.000 peatones confluyen en la Gran Vía en Navidad, disponiendo únicamente del 30 por ciento del espacio público. Además, según el Ayuntamiento, los datos han confirmado la gran aceptación ciudadana, que ha quedado reflejada en la masiva afluencia de peatones a la Gran Vía y zonas aledañas, así como en multitud de muestras de apoyo en redes sociales e incluso en encuestas llevadas a cabo por varios medios de comunicación.
Pérdidas
No obstante, no todo han sido parabienes y la Asociación de Comerciantes de Gran Vía -con la que elEconomista Madrid trató de ponerse en contacto sin éxito- cifraba las pérdidas en un 70 por ciento. Sin embargo, Sabanés quiso destacar que "la actividad económica, comercial y de negocio es muy importante en el desarrollo de una ciudad moderna, pero también es igualmente estructurante de la misma el relato ciudadano". Aunque las distintas asociaciones de comerciantes han compartido la consideración de que la evaluación de este operativo debe hacerse cuando culmine toda la campaña navideña, la reacción de la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE, que reúne 237.000 empresas de diversos sectores, no se ha hecho esperar: "Rechazamos la precipitación con la que se ha implantado esta medida que ha generado innumerables problemas, no sólo al conjunto de las empresas radicadas en la zona, a sus proveedores y clientes, sino también a las empresas que, aunque no están localizadas aquí, prestan servicios en esta parte de la ciudad", señalaron tras una reunión conjunta de los responsables de los Consejos de Comercio, Turismo y Transportes. Asimismo, criticaron la falta de estudios, de consenso y de diálogo previo del Ayuntamiento de Madrid con todos los sectores afectados, "lo que ha supuesto un duro golpe en la cuenta de resultados de muchos de los establecimientos de la zona en el periodo de mayor venta del año".
Desde la patronal madrileña argumentan que Madrid, a diferencia de Barcelona o Nueva York, tiene una estructura radial que hace que determinadas arterias-ejes de circulación sean imprescindibles para garantizar la movilidad en ella y arguyen que "la provisionalidad de la puesta en marcha de esta medida ha supuesto una imagen negativa -utilización de vallas y cintas para cortar el acceso- en la difusión de Madrid como ciudad atractiva, cómoda y elegante ante los turistas que la visitan estos días". En definitiva, explican que cualquier propuesta, dirigida a la peatonalización de vías de alto tránsito, debe surgir como consecuencia de la elaboración de rigurosos estudios técnicos, fruto de en una interlocución fluida y constante y de un trabajo conjunto con todos los sectores afectados, para poder analizar las ventajas y los inconvenientes, minimizando los perjuicios que pueda ocasionar mediante la adopción de medidas compensatorias para todos los sectores implicados.
Gabriel García, presidente de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid, comparte opinión con Ceim: "Entendemos todas aquellas medidas que se adopten para mejorar el tránsito de las personas por el centro de Madrid en fechas señaladas. Sin embargo, estos cortes de tráfico se han activado de manera precipitada, sin planificación previa y sin consensuarse con los principales agentes implicados. Tomar este tipo de decisiones de manera unilateral, como ha sucedido en este caso concreto, ha traído de la mano numerosos contratiempos que se podrían haber evitado si se hubiese llegado a un acuerdo con el sector hotelero para mitigar los problemas que pudieran surgir y que, de hecho, han surgido. Lo acertado hubiera sido realizar un estudio previo para valorar los pros y los contras de las restricciones de tráfico en la almendra de Madrid y, por supuesto, consultar a todos los sectores implicados y afectados por la misma". Por su parte, Jaime López de Aguilar, presidente de la Asociación Española de Aparcamientos y Garajes (Asesga), explica que "la idea no nos parece ni bien ni mal, es una experiencia piloto para estudiar sus consecuencias y plantear una actuación permanente más adelante. Hay que recordar que bajo el Gobierno de Enrique Tierno Galván se implantó la ORA de la misma manera -en una Navidad- y después se aprobó su continuidad. Ahora bien, siendo una medida que no es fruto de la necesidad o de la urgencia, creemos que debería haberse planificado con más tiempo. Habría que haber concedido un tiempo para que todas las partes afectadas pudiesen presentar alegaciones al proyecto. Si aspectos como la carga y descarga, el comercio, las personas de movilidad reducida, los taxistas y los parkings, hubiesen sido considerados de una forma adecuada, la medida no habría llegado a ser tan traumática". López de Aguilar resalta que resulta paradójico que teniendo la experiencia de las zonas APR, que ya llevan años funcionando en la Capital, no se hayan utilizado los mismos sistemas para controlar estos cortes. En lo relativo a la ocupación de los aparcamientos, los datos disponibles han sido recabados por los gestionados desde el Consistorio, con un descenso en la demanda de alrededor de un 50 por ciento en los situados en el Centro, observándose un aumento del 12,3 por ciento en los usos disuasorios de los aparcamientos exteriores a las zonas restringidas. No obstante, López de Aguilar señala que aunque no tiene una cifra cerrada, "los ingresos de los parkings a los que se accede desde la Gran Vía han disminuido en más de un 70 por ciento, siendo del 10-20 por ciento la disminución de los ingresos de los parkings aledaños, pero que tienen vías de acceso desde otras calles".
Establecimientos hoteleros
Aunque Sabanés explicó que los establecimientos hoteleros no han hecho llegar ningún descenso de volumen de negocio al Ayuntamiento de Madrid, el presidente de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid explicó que, "aunque estamos pendientes de hacer un balance general para saber con exactitud cuáles han sido los costes que ha ocasionado la puesta en marcha de esta medida para el sector hotelero, a día de hoy podemos decir que el primer corte de tráfico de la Gran Vía tuvo un impacto sobre nuestras reservas de un 15 por ciento: se cancelaron cerca de un 5 por ciento y cayeron un 10 por ciento las reservas de última hora que siempre se producían en estas fechas. No obstante, estamos en contacto con la Dirección General de Movilidad del Ayuntamiento para hacerles llegar los principales problemas a los que se enfrentan los turistas para llegar hasta nuestros establecimientos".
Como conclusiones generales en lo relativo a la circulación, ha habido una importante disminución de la afluencia de vehículos a la zona, muy especialmente en la Gran Vía con una reducción en torno al 50 por ciento. En términos interanuales, y de acuerdo a las informaciones de los representantes del CRTM, de Renfe y de EMT en las reuniones de evaluación del Grupo Operativo, Cercanías Renfe ha subido un 17,5 por ciento en la estación de Sol, la Empresa Municipal de Transportes un 11,9 por ciento en sus líneas del entorno de Gran Vía y, finalmente, Metro de Madrid un 5 por ciento en el conjunto.
Con respecto a una posible peatonalización definitiva, García lo tiene claro: "Si opinamos que es necesario un estudio previo para poner en marcha los cortes de tráfico temporales en el centro de Madrid, ni que decir tiene la peatonalización permanente? Este es un tema muy serio y que afecta directamente a los agentes económicos que operamos en la ciudad. Hablamos de una planificación rigurosa para determinar hasta qué punto podría afectar a nuestra actividad. Por otro lado, es preciso establecer una diferencia entre calles secundarias y arterias principales. El nuevo modelo de movilidad urbana que se está intentando implantar a marchas forzadas va a traer de la mano muchos contratiempos si el Consistorio sigue tomando decisiones de manera unilateral". Opinión parecida tiene López de Aguilar: "De tomar esta medida habría que estudiar el impacto en todo el área económica de influencia y, muy especialmente, las indemnizaciones a las que, sin duda, tendrían derecho los propietarios y concesionarios de los parkings afectados".