
La reforma operada para los trabajadores del hogar el pasado mes de enero -con un periodo transitorio que finalizó en el mes de junio- que supone su integración en el Régimen General de la Seguridad Social, a través del llamado Sistema Especial para Empleados del Hogar, si bien ha supuesto un incremento del número de empleados de hogar afiliados al sistema de la Seguridad Social (un 28,31 por ciento) respecto del año pasado, sin embargo, no se ha traducido en una mayor recaudación para el sistema. En concreto, se calcula que la pérdida por este concepto alcanzará, nada menos que en torno a los 63 millones de euros al año. Siga leyendo esta y otras noticias en 'Iuris&Lex'
Así se deriva del Informe sobre el balance de la integración de los trabajadores del hogar -hasta ahora en un régimen especial- en el llamado Sistema Especial para Empleados de Hogar en el Régimen General de la Seguridad Social. El motivo al que puede deberse esta consecuencia se vislumbra del propio Informe: en el balance se confirma el descenso de las bases de cotización, pues gran parte de los contratos a trabajadores del hogar se realiza por un escaso número de horas. El resultado es que la base mediamensual es inferior en un 30 por ciento a la base vigente el año pasado y, en consecuencia, existe una importante caída de la recaudación que absorbe incluso el incremento derivado del gran número de nuevas altas.
En concreto, la disminución recaudatoria entre enero-julio de 2012, periodo en el que ya estaba en funcionamiento el nuevo Sistema Especial, respecto a enero-julio de 2011, en que aún existía el extinto modelo, es de 12,59 millones de euros, es decir, un -3,95 por ciento. Y aún es más. Advierte el informe que a este coste habrá que sumar el coste futuro en prestaciones y los costes de gestión para los empleadores.
Ahora bien, esta pérdida de recaudación de 63 millones lleva implícita la hipótesis de que, manteniendo la normativa anterior, en 2012 los afiliados serían los mismos (ni habrían aumentado ni habrían disminuido). Esto quiere decir, explica el Informe, que ?una comparación realista requeriría saber con exactitud cómo habría evolucionado la afiliación de haberse mantenido la anterior normativa?.
Y ello dado que las tasas de evolución de los afiliados medios anuales han sido positivas durante los últimos años de crisis económica. Así, en 2008 creció un 0,95 por ciento; en 2009 un 3,09; en 2010 un 1,77; y un 0,85 por ciento en 2011. Por tanto, demantenerse también en 2012 una tasa positiva, -hipótesis plausible, dice el Gobierno, a tenor de los datos anteriores-, los afiliados de 31 de julio de 2012 habrían sido superiores a los de 31 de julio de 2011 y por tanto la pérdida de recaudación sería aún mayor.
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