
El francés Michel Barnier, comisario europeo de Mercado Interior, relanzó ayer unas negociaciones que ya duran 35 años para que la UE disponga de un sistema de patentes más barato y eficaz para proteger e incentivar las invenciones como raíz del desarrollo económico. En su propuesta, mantiene la primacía del inglés, francés y alemán como las lenguas oficiales.
Bruselas ofreció la posibilidad de que español e italiano recibieran un trato secundario respecto a los tres idiomas anteriores, pero privilegiado frente al resto de lenguas de los Veintisiete, como elEconomista desveló el pasado 29 de mayo. Pero Barnier aseguró ayer que Madrid no aceptó, y él optó por la solución más simple y menos costosa de utilizar en la futura patente comunitaria los tres idiomas de la actual patente europea.
España bloquea desde 2003
Barnier hizo tres guiños que ya se verá si bastan para que España retire el veto que mantiene sobre esta negociación desde 2003. Propone que, en caso de litigio, el titular de una patente corra con los gastos de traducirla a la lengua de quien presuntamente esté violando sus derechos.
También plantea que se puedan solicitar patentes en lenguas distintas de las tres oficiales, y que el gasto de traducción sea para la Oficina Europea de Patentes. Y que este organismo con sede en Múnich facilite traducciones automáticas de las reivindicaciones: el resumen de cada patente.
España dice querer preservar el valor económico del español como idioma tecnológico, la seguridad jurídica de sus inventores, y su oficina nacional de patentes y marcas. Líderes en patentes como Alemania, Francia y Reino Unido la acusan de impedir el abaratamiento del régimen de protección de las invenciones; y subrayan que los españoles apenas inventan.
Para proteger hoy una invención en Europa hay que patentar enMúnich; hacer valer la patente país por país, e idioma por idioma; y litigar, si es necesario, en cada Estado. Una patente aplicable en 13 países europeos cuesta unos 20.000 euros (unos 14.000, por traducciones), demasiado para las pymes.
Patentar en EEUU es diez veces más barato. Bruselas dice que con su propuesta, el coste sería de 6.200 euros y que sólo el 10% iría a traducciones: las patentes sólo se publicarían en una de las tres lenguas oficiales, y sólo se traduciría un resumen a las otras dos.