
Los expertos coinciden en que los 30 es la edad ideal para comenzar a pensar en la jubilación. Aunque parezca pronto, puede acumularse más ahorro aportando pequeñas cantidades.
La jubilación es un tema que preocupa actualmente a más de la mitad de los españoles, y hacer una correcta planificación parece ser una tarea pendiente, dado que la mayoría no sabe con exactitud cuál será la pensión que recibirá. La esperanza de vida ha aumentado y, como consecuencia, el numero de años de jubilación. Por ello, las nuevas generaciones tendrán que acumular el doble de ahorro para asegurarse el mismo ingreso que las anteriores tras su jubilación. Eso, o cobrar la mitad, explican desde Abante. Hay que tener en cuenta que a partir de 2019 se comenzará a aplicar para el cálculo de las prestaciones el factor de sostenibilidad, es decir, se ajustará la cuantía a la esperanza de vida. Dada la situación actual, parece imprescindible tener un plan de ahorro privado. En Inverco señalan a los planes de inversión privada como un instrumento óptimo de ahorro a largo plazo.
Pero, ¿cómo invertir dependiendo de la generación a la que se pertenece? Sergio Miguez, de Efpa, no es "partidario de hacer diferenciación por edad, ya que cada persona tiene sus objetivos". Sin embargo, Fernando Luque, de Morningstar, ofrece una fórmula simple. Se trata de invertir en renta fija el porcentaje de la edad que tengamos, y el resto, en renta variable. Por ejemplo, una persona que tenga 30 años, deberá invertir el 70 por ciento en renta variable, mientras que una que tega 60 años, deberá hacerlo un 40 por ciento.
"Cuanto antes se empiece a ahorrar, mejor" consideran desde Deutsche Bank, "pues el ahorro sistemático permite, con un menor esfuerzo, alcanzar un capital final suficiente como para constituir una renta que complemente la pensión pública". Los expertos coinciden que la mejor edad para comenzar a ahorrar de cara a la jubilación son los 30 años, pero "los jóvenes ni piensan en la jubilación", consideran en Abante, por eso, el consejero delegado de Aviva España, Ignacio Izquierdo, señala la importancia de "concienciar en la necesidad de realizar una adecuada planificación financiera para el retiro". Y es que, como calcula Abante, aportar vía cotizaciones obligatorias un tercio del sueldo durante 45 años equivaldría a ahorrar 15 años de sueldo.
'MILLENIAL' (1981-2000)
Las personas pertenecientes a esta generación "pueden aceptar más volatilidad en sus inversiones con planes de renta variable para obtener una mejor rentabilidad a largo plazo. Con el paso del tiempo, puede mover su cartera a posiciones más conservadoras para esquivar los movimientos del mercado que puedan afectar a su inversión", explica la responsable de planes de pensiones de Deutsche Bank España, Isabella Diestel.
En Efpa apuestan por que el partícipe adopte un perfil más agresivo, con una mayor inversión en activos de riesgo, combinando un 60 por ciento en renta variable con un 40 por ciento en activos de deuda.
'GENERACIÓN X' (1965-1980)
En el caso de que se empiece a ahorrar para la jubilación a los 40 o a los 50 años, "en función de la aportación, se puede lograr igualmente una suma importante", indica Diestel.
Para los expertos de Abante, una persona que ronde los 45 años debería optar por invertir en renta variable entre un 50 y un 60 por ciento de su cartera para poder doblar su capital, con una rentabilidad del 5 por ciento en unos 25 años.
"Evidentemente, los sustos que da la bolsa no los da el depósito en el banco, pero los sufrimientos a corto plazo tienen su recompensa a largo", señalan.
Para Efpa, a partir de esta etapa creen que la renta fija tiene que ir adquiriendo mayor peso, y recomiendan como alternativa invertir en los PlAS, planes de ahorro sistémicos, "aconsejable para quienes pretendan ahorrar diez años o más". Las personas de esta generación deben partir de un nivel arriesgado para progresivamente ir posicionándose a un perfil de riesgo moderado.
'BABY BOOMER' (1955-1964)
A medida que el momento de retirarse de la vida laboral se acerca, es cuando el perfil conservador debe tomar protagonismo. A esta edad, los inversores no deberían permitirse asumir riesgos sino, más bien, centrarse en recoger los frutos del ahorro. Y es que, como señalan desde BBVA, en las últimas etapas "el objetivo ha de ser la preservación" de ahorro y no el incremento del capital -objetivo en los primeros años de un ahorrador-, "a medida que se acerca el momento de disfrutar de lo obtenido, el riesgo tiene que situarse cerca de 0 para no estropear todo lo realizado hasta ahora". Efpa recomienda "apostar por inversiones más seguras asumiendo que tendrán baja rentabilidad", poniendo atención en los planes de renta fija a corto plazo.
¿Y UNA VEZ YA JUBILADOS?
Como argumenta el dicho popular, nunca es tarde, y en este caso tampoco. Si una vez jubilados vemos que la pensión pública es suficiente para conservar nuestro nivel de vida, podemos optar por "invertir en bolsa la parte que no se vaya a necesitar en los primeros años" ya que, en un contexto de tipos bajos, las reglas del juego han cambiado.
"Nos hemos quedado huérfanos de renta fija", afirma Sergio Miguez, de Efpa. Desde Abante ponen encima de la mesa un concepto poco conocido es España: las hipotecas inversas, es decir, convertir en renta mensual el valor de una vivienda, sobre todo en un país como el nuestro, donde el 80 por ciento tiene una vivienda en propiedad.