
Nadie esperaba una rueda de prensa como la que dio el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi. No se esperaba simplemente porque no existía ningún precedente en el que la institución marcara pautas de actuación para su política monetaria a largo plazo que, además, incluye tipos de interés bajos durante un periodo de tiempo prolongado.
De este modo, el BCE proveerá a la Eurozona de dinero barato durante más tiempo, incluso, que la Reserva Federal (Fed).
Draghi llegaba a la reunión de julio sin apenas presiones. El mercado esperaba pocos cambios -ninguno- después de que bajara los tipos de interés el pasado mes de mayo al mínimo histórico. Sin embargo, en la agenda del presidente de la institución, Mario Draghi, no tenía marcada una reunión tranquila, más bien todo lo contrario.
¿Nueva bajada de tipos?
Supermario se presentó ante la prensa anunciando una "hoja de ruta" de la entidad que incluye la previsión de tipos bajos "durante un periodo extenso de tiempo", aunque rehusó especificar su duración. Además advirtió la posibilidad de rebajar todavía más los tipos de interés: "El Consejo de Gobierno prevé que los tipos de interés se mantengan en estos niveles o por debajo", advirtió durante la rueda de prensa. De hecho, durante la reunión del Consejo de Gobierno ya se produjo una discusión sobre una posible bajada de tipos desde el 0,5 % actual. Algunos miembros pidieron un recorte del precio del dinero que bien podría llegar próximamente.
Esta hoja de ruta, aprobada de forma unánime, incluye "tipos de interés bajos, en el nivel actual o incluso menores", así como la posibilidad de "rebajar la facilidad de depósito a tasas negativas".
Esta herramienta pone a disposición de las entidades financieras europeas una cuenta para depositar su exceso de liquidez a un día y recibe cada sesión más de 250.000 millones de euros; actualmente no está remunerada. Con esta medida se intentaría devolver al mercado este gran montante de liquidez que la banca del Viejo Continente aparca aquí cada día.
Adelanta a la Fed
La Fed advirtió en su reunión de junio de una posible retirada de su programa de compra de activos (QE3) hacia final de año si los datos económicos siguen siendo positivos, lo que generó un fuerte aumento de la volatilidad en el mercado. Este paso sería el primero hacia una subida de los tipos de interés en EEUU, que actualmente se sitúan en una horquilla entre el 0 y el 0,25%, y que podrían comenzar a elevarse a partir del año 2014.
Por su parte, el BCE parece dispuesto a coger el testigo de la institución estadounidense y continuar con una política expansiva (aunque no tan agresiva) durante más tiempo. Pero, ¿cuánto exactamente? Mario Draghi rehusó responder a esta pregunta. "No será ni seis meses ni un año", advirtió el líder de la institución.
Los analistas ya comienzan a hacer sus cálculos. "Es posible argumentar que esta política estará en pie durante 12 o 18 meses, lo que coincidiría, no sólo con el periodo de vida del programa de liquidez MRO (Operaciones de Mercado Abierto, por sus siglas en inglés), sino también con el límite de las estimaciones macroeconómicas que elabora la entidad", explica Guillaume Menuet, analista de Citi.
"Draghi ha manejado el lenguaje y las expectativas al más puro estilo Bernanke y ha conseguido su objetivo, que no era otro que, teniendo las manos atadas por Alemania para la toma de nuevas medidas, sonar lo suficientemente contundente como para evitar una oleada de ventas", explica Soledad Pellón, analista de IG. "La intención de su mensaje es intentar rebajar las rentabilidades de la renta fija después de los últimos movimientos al alza", explica Marie Diron, estratega de Ernst & Young.
El presidente de la entidad monetaria no fue tan ambicioso a la hora de referirse a las ayudas para facilitar el acceso al crédito de las pymes europeas y afirmó que el BCE es un simple "consejero" del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y no tomará ninguna medida en solitario.