
El diario estadounidense The Wall Street Journal publica hoy un artículo en su versión online donde se pregunta en qué aspectos la economía de España podría encontrarse en una situación peor a la de Grecia. A simple vista, el panorama heleno parece mucho más preocupante que el de nuestro país, sin embargo, si echamos un vistazo más profundo, hay datos en los que la comparativa no es tan favorable.
Según señala el rotativo, haciendo referencia a las previsiones de la Comisión Europea, "Grecia disfruta de una ventaja formidable sobre España". ¿Y dónde reside esa ventaja? En que la economía helena "crece en estos momentos muy debajo de su capacidad, mientras que la economía española, a pesar de contar con una tasa de desempleo en torno al 25%, está funcionando cerca de la plena capacidad", apunta el Journal.
"¿Por qué es esto una ventaja?", se pregunta el periódico financiero de News Corp. Según las estimaciones de la Comisión, la tasa de desempleo griego debería caer bruscamente "si la economía comienza a recuperarse de nuevo". Además, esta recuperación del empleo no generaría inflación.
¿Qué es distinto en cada país?
Sin embargo, "España se enfrenta a una situación mucho más difícil", apuntan. "Si la estructura de su mercado de trabajo no cambia", el análisis de la Comisión sugiere que una hipotética incipiente recuperación económica podría verse obstaculizada por la escasez de mano de obra, lo que podría disaparar la inflación salarial.
Esta disfunción vendría dada por la estructura de la economía española. Durante la pasada década, la tasa de paro española se redujo drásticamente a medida que millones de españoles encontraron trabajo en el floreciente sector inmobiliario español.
Pero cuando estalló la burbuja, gran parte de dichos empleos desaparecieron para siempre. Esto significa que millones de españoles tienen que formarse para poder acceder los puestos de trabajo disponibles pero no relacionados con el sector de la construcción. Mientras tanto, esta fuerza laboral "no estará disponible para los nuevos empleos que impulsarán el crecimiento español en el futuro", lo que obstaculizaría el desarrollo.
Es decir, de comenzar la recuperación económica en España, no habría mano de obra cualificada en los sectores que tiraran de la economía, al estar gran parte de la fuerza laboral reorientándose desde el sector inmobiliario. Esta escasez haría que los salarios (a pesar del elevado desempleo) subieran, lo que a su vez dispararía los costes laborales y frenaría el propio crecimiento.
Esto provoca la aparente paradoja de que España podría estar escasa de mano laboral a pesar de tener un paro del 25%. Y esto, además, supone un lastre para la economía.
La Comisión apoya esta teoría con diversas métricas. La primera es la denominada output gap (crecimiento potencial), que es la diferencia entre el PIB actual y el PIB potencial. En el caso de Grecia sería del 13%, mientras que en el de España es solo del 4,6%.
Después esta la denominada tasa NAWRU (non accelerating wage rate of unemployment), que básicamente mide la tasa de desempleo a partir de la cual la inflación comienza a subir. También es conocida como la "tasa natural" de desempleo. En este caso, la comparativa tampoco es favorable: en Grecia sería del 14,8% frente al 21,5% de España, cuando en ambos casos supera actualmente el 25%.
Estos números dan una idea de la profundidad de los cambios económicos estructurales que debe afrontar España, que parecen mayores incluso de los de Grecia, para volver a un crecimiento más saludable sin inflación.
Con todo, concluye el WSJ, ambos indicadores, la tasa natural de desempleo y el output gap, no son datos directamente observables si no estimaciones de los economistas para ayudar a banqueros centrales y ministros de economía a controlar la inflación, por lo que el análisis puede ser incorrecto.