
Hace un año las reuniones del Banco Central Europeo (BCE) eran el evento más esperado del mes. Los inversores esperaban entonces un manguerazo que apagase el fuego que arrasaba el mercado en las semanas posteriores a que España solicitase el rescate del sector financiero.
Un año después, la situación es bien diferente. El programa OMT, por el que el BCE se compromete a comprar deuda de los países que soliciten el rescate en el mercado secundario, ha creado un paréntesis de calma que ha provocado la relajación de las primas de riesgo y el avance de las bolsas.
Sólo la incertidumbre generada en Portugal ante la crisis de Gobierno, provocada por la dimisión de los ministros de Finanzas y Exteriores, genera ciertas expectativas hacia la reunión. "La economía, vista a través de las encuestas de confianza (al alza), no demanda cambios en tipos en este momento", explica Marian Fernández, directora de estrategia de Inversis Banco.
La mayoría de los analistas consultados por Bloomberg no espera cambios en los tipos de interés, que se mantendrían en el 0,5%; ni en la facilidad de depósito, que se quedaría en el 0,0%. "De hacer algo, esperaría a la última parte del año, tras las elecciones en Alemania", indica Estefanía Ponte, analista de Cortal Consors.
Sin embargo, sí se espera un mensaje del presidente de la entidad, Mario Draghi, a favor de su política monetaria expansiva. "Esperamos que deje claro que, al contrario que la Fed, el BCE no tiene intención de reducir sus apoyos a la economía de la zona euro", explica Soledad Pellón, analista de IG Markets.
"El mercado prestará atención especial a los comentarios de Draghi sobre la volatilidad de los mercados de las últimas sesiones", indica el equipo de análisis de Citigroup. Tampoco se espera una reacción negativa del mercado ante la falta de medidas del BCE, "ya que no se han descontado previamente", explica Pellón.