Pymes y Emprendedores

"¿Pagos en negro? Pueden producirse, pero no son prácticas habituales"

El problema de los pagos en negro en la hostelería en un tema que Emilio Gallego, de la Federación Española de Hostelería, ha debatido con elEconomista. Aunque Gallego no admite que estas prácticas ocurren, tampoco lo niega categóricamente. Para él, esto se puede entender como un síntoma de un modelo laboral que no se ha logrado adecuar a las exigencias particulares de del sector.

¿El pago en negro es una práctica extendida en la hostelería?

Lo que hay que decir primeramente es que este es un sector en el que hay segmentos, como el catering, en el que hay grandes dificultades sobre la planificación de personal para eventos. Hay momentos en los que se necesitan trabajadores en último minuto, ahí podría producirse una situación como esa. Pero con carácter general no considero que sea una práctica habitual.

¿Pero existe?

Puede ocurrir que haya empresas que tributan por módulos donde puede haber algún apunte extra contable. Puede ocurrir que se hable de aportaciones que se colectan en los botes. En hostelería es un formato tradicional y puede tener dificultades para la tributación. Yo diría que estas, siendo prácticas tradicionales, no tienen un valor de elusión fiscal o de un formato deliberadamente defraudador. Podemos hablar de las propinas, pero tampoco se trata de cuantías fundamentales.

Hay trabajadores y sindicatos que ya afirman que existe.

Yo quiero entender que si en alguna empresa hay una dificultad de esta característica [pagos en negro], los sindicatos los habrían denunciado.

¿Qué se puede hacer ante esto?

Habría que preguntarse si el formato de 80 horas anuales extra para el trabajador, como máximo, es el más recomendable. ¿No estaremos con una normativa que en vez de promover trabajo, lo limita? A lo mejor tenemos que revisar ante el marco legal de contratación adecuado, a la vista de los seis millones de parados.

Es decir, ¿cambiar el modelo?

Estos elementos producen una disfunción que, reitero, es menor, por importes menores. A lo mejor lo que esto refleja es que el sistema tiene deficiencias. Si ese trabajador considera que se atropellan sus derechos, que lo denuncie a través del sindicato o de un juez. Hay que tener en cuenta que las horas extraordinarias cotizan doble. En España existe un prejuicio sobre las horas extraordinarias. El objetivo de la normativa, en tiempos remotos, era generar más empleos. Pero sucedió al contrario y somos el líder del paro en el mundo.

¿Qué plantea?

Mire, en Alemania u Holanda tienen modelos de contrato distintos, con tarifas planas de Seguridad Social. En un país con tal cantidad de parados como España, no es lógico que se recargue o haya una imposición al trabajo tan alta. Hay sectores como la hostelería que por desgracia tienen temporadas, que son irregulares a lo largo del año. Debemos ir a sistemas mucho más flexibles. Pero no por eso tienen que ser sistemas que perjudiquen al trabajador. Si el coste del empleo y la cotización a la Seguridad Social es una barrera, hay que revisarlos.

¿Ha propuesto desde su sector discutir este tema?

Lo venimos haciendo. Aquí requerimos el esfuerzo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social para convocar mesas de trabajo para reformar este tipo de dificultades y de modelos obsoletos.

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